La 3ra. Conferencia Mundial de Cacao (3CMC)= (3ra. Parte)

La 3ra. Conferencia Mundial de Cacao (3CMC)= (3ra. Parte)

La Conferencia reafirmó que la Junta Consultiva para la Economía Mundial del Cacao bajo la autoridad del Consejo Internacional del Cacao, de conformidad con las disposiciones del Convenio internacional del Cacao, 2010, permanece como la más idónea plataforma para continuar las discusiones y las estrategias relacionadas con el sector de la Agenda Global de Cacao. Esto incluye monitorear los progresos de la misma, defendiendo la sostenibilidad del cacao, iniciativas que redundarían en beneficio de la economía mundial del cacao, lo cual le permitirá realizar recomendaciones apropiadas al Consejo Internacional del Cacao.
Se reconoció la necesidad de que los gobiernos deben invertir en el suministro de bienes públicos esenciales, para equipar a los productores de cacao con las herramientas necesarias para incrementar su capacidad productiva. Esto debe incluir educación con calidad, atenciones médicas, agua potable, electricidad y acceso a los mercados. Para lograr esto, la Conferencia pidió una colaboración más estrecha de los tenedores de cacao mediante las Participaciones, Públicas y Privadas (PPP’s), ya establecidas en los países mayores productores.
Un requerimiento de la Conferencia que se debe tomar con desconfianza es que cada país productor haga un inventario del cacao almacenado y se le suministre este dato a la Secretaría de la ICCO. Aunque el pedimento es extensivo a los consumidores, sabemos por experiencia que ellos no lo suministrarán para que la competencia no se aproveche del conocimiento de sus existencias. Al igual, los productores corren el riesgo de que los compradores conozcan sus inventarios y los puedan utilizar de almacenes de depósito, en el caso de tener exceso de cacao en depósito.
En cuanto a la promoción, los participantes reconocieron que la innovación es la llave para incrementar la productividad de modo de transformar los campos cacahueros, los cuales se caracterizan por sus bajos rendimientos, tecnología obsoleta, productores envejecientes, y árboles de bajo rendimiento y enfermos. Por lo tanto, se recomienda innovaciones plantando árboles de alta productividad, con material probado de alto rendimiento, resistentes a las plagas y enfermedades y que el fruto tenga un buen sabor. Esto además conlleva la utilización adecuada de fertilizantes y pesticidas cuando sea necesarios. Al seguir estos consejos, se debe además plantar los árboles con un marco adecuado para obtener el mayor volumen y calidad del cacao, lo cual resultará en la protección del entorno y podrá convertir al propietario de un pequeño cultivar en una entidad económicamente comercial. Este aprovechamiento técnico de siembra en los terrenos, se traducirá en un mayor volumen de producción de cacao.
Resulta interesante e importante, el ligar el cultivo del cacao con el mantenimiento medioambientalista, ya que es un árbol muy eficiente en la retención de suelo que impide el deslave de la capa orgánica, la cual se pierde en los escorrentías y cañadas. Por eso, cuidar la plantación y sus árboles sombreadores significa, contribuir con el medio ambiente y el buen desempeño de los cacaotales.
La Conferencia hizo hincapié también, en la falta de investigación, financiamiento y desarrollo, lo cual no permite a pequeños productores desempeñarse adecuadamente y sufren carencias que les pueden llevar a contraer enfermedades por no poseer un seguro médico adecuado y tampoco contar con los recursos para comprar las medicinas necesarias para su tratamiento.
Al parecer, las dificultades que se presentan en las plantaciones de cacao son comunes en la mayoría de los países productores; la diferencia es, que algunos tienen enfermedades catastróficas endémicas las cuales pueden expandirse a sembradíos sanos, si no se toman las medidas fitosanitarias necesarias para impedir su propagación. Afortunadamente, el Departamento de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, impidió que productores visitasen nuestras plantaciones como eran sus deseos, por no correr el riesgo de que algún productor fuese portador de una espora que se pudiera multiplicar vertiginosamente.

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