La 90 Reunión de la ICCO y la 2da. CMC

La 90 Reunión de la ICCO y la 2da. CMC

Del 16 al 19 del mes que discurre se celebró en Londres, Reino Unido, la Noventa reunión ordinaria del Consejo de la Organización Internacional del Cacao (ICCO), en donde su Director Ejecutivo, Dr. Jean-Marc Anga, rindió un informe de Conferencia Mundial sobre el Cacao 2014 (2da. CMC), que se realizó en Ámsterdam, Países Bajos, del 9 al 13 de junio de 2014.

Los tópicos más abordados por casi la totalidad de los 95 atiborrados conferenciantes de 65 países participantes fueron: la sostenibilidad del cultivo del cacao; la avanzada edad de los cacaotales y de los productores, así como la ausencia del relevo generacional para la continuación de las plantaciones. La palabra sostenible engendra a nuestro parecer una camisa de fuerza para el productor de cacao, en el sentido que la misma no garantiza mejores precios al cultivador, verdadero incentivo para mejorar la calidad del grano y de la productividad.

En cuanto a la excesiva edad de los árboles dentro de las plantaciones, se sugirió el reemplazo de los mismos por variedades genéticamente mejoradas y tempraneras, lo cual incluye prácticas de injertía vía chupones basales, fertilización y extensión.

La ausencia del relevo generacional en fincas desató un encendido debate, ya que el Panel 5 se denominó “Progreso de los esfuerzos globales por erradicar el trabajo infantil en el sector cacaotero”. Este título conlleva una obvia incoherencia con el anterior. ¿Cómo es posible el relevo generacional si los padres no pueden llevar sus hijos a las plantaciones? Es sabido que para reemplazar a sus padres, el niño debe involucrarse en el cultivo desde temprana edad, no solo para adquirir conocimientos prácticos, sino para ayudar a disminuir los costos de mano de obra.

Esta cuestión del trabajo infantil erróneamente calificada de esclavista, le costó a la Costa de Marfil más de un millón de euros para quitarse la estigma que quisieron enrostrarles los industriales para no comprar su cacao insertándoles en el etiquetado: “este cacao proviene de un país que utiliza la mano de obra infantil”.

Sin embargo, el trabajo infantil al parecer solo se utiliza en cacao, ya que en los países desarrollados, especialmente en los Estados Unidos de América, los empleados en restaurantes de comida rápida y de heladerías son jóvenes adolescentes, pero como expusiera el presidente F. Delano Roosevelt cuando le hicieron de conocimiento que sus agentes en varios países se comportaban como hijos de p…, respondió, pero son nuestros hijos de p…. Reflexión, cuando el trabajo infantil es realizado en países desarrollados, esta teoría no se aplica.

En su discurso de inauguración, el doctor Anga señaló que “los cacaocultores solo obtienen entre el 3 y el 5% del valor de una chocolatina”. Para nosotros quedó muy corto en su apreciación, ya que las barras de chocolates entre 80 y un dólar, dependiendo del establecimiento, ya que si es en una tienda de cierta categoría o en los aeropuertos suelen costar el doble. Tomando como indicador el precio base de US$3,125 la T.M., la cantidad de barras al precio señalado, otorga a los intermediarios e industrializadores una suma alrededor de US$26,562; esto significa una ganancia abismal y sumamente discriminatoria, otorgándoles pingües beneficios en detrimento del sector primario compuesto por los cacaocultores. Si bien es cierto que el importador debe pagar Franco a Bordo (FOB), costo del seguro marítimo, impuestos aduanales y manejo del producto tanto en su lugar de origen como en el de destino final; cálculos conservadores estiman que el procesador obtiene una ganancia de alrededor de US$19,000 por T.M.

El manido y sempiterno tema de la Certificación también se trajo a colación. No obstante, se aceptó la Declaración de Abidjan de la 1ra. Conferencia Mundial del Cacao, cuyo costo se le carga al productor quien debe soportar una doble tributación: a) Certificación de la plantación y b) Certificación de su producción al momento de realizar su exportación. Creemos que así no puede haber sostenibilidad ya que la misma debe estar ligada a los precios finales y no a los costos que ella implica.

Al final de la 2da. CMC dentro de la Agenda Cacaotera Global, se propició la formación de Plataformas de Paternariado Público-Privado (PPPP). Opinamos que en nuestro país, la Comisión Nacional del Cacao cumple con todos esos requerimientos, ya que en ella están representados los exportadores e industriales; así como, productores individuales y asociaciones, bajo la presidencia del sector público (Ministro de Agricultura).

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