La Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD), prestigiosa institución que agrupa a una parte de los científicos del país, expresó este lunes su apoyo a las medidas dispuestas por el Ministerio de Salud en las etapas de prevención y contención de los efectos de la enfermedad del virus Zika, que circula en el país y que es transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Los doctores Luis Shéker Ortiz, vicepresidente; Luis Elpidio Feliz, miembro de la Junta Directiva y de la Comisión de Ciencias de la Salud, y yo, en mi condición de coordinador de la Comisión de Ciencias de la Salud de la institución, fuimos integrados en comisión de la ACRD, por encargo de nuestro presidente, el Lic. Milcíades Mejía y entregamos un documento a la ministra, doctora Altagracia Guzmán Marcelino, a quien también agradecimos su receptividad con la Academia.
En tanto, la Ministra expresó que: “La Academia de Ciencias merece ser escuchada y tomados en cuenta sus planteamientos, en atención a que ella reúne a los talentos más comprometidos con el avance y desarrollo del país, por lo que se trata de una institución con un gran aval científico y ético, en el abordaje de los temas de interés nacional e internacional, como la epidemia del Zika”.
El documento entregado por los comisionados de la ACRD, luego de valorar el impacto del virus Zika sobre la salud de la población como posible causante de trastornos neurológicos como el Guillian-Barré y malformaciones como la microcefalia, hace cinco sugerencias concretas a tomar en cuenta, incluso vinculadas a condiciones ambientales como forma idónea de controlar la reproducción del mosquito. Tiene este documento la ponderación a nuestra solicitud de los académicos: Luis Elpidio Feliz, como secretario de la comisión; Jesús Feris, Modesto Cruz, Fernando Batlle Pérez, César Mella, Fernando Sánchez Martínez y José Joaquín Puello.
En ese sentido, el documento que entregamos hace referencia a la necesidad de fortalecer las acciones de ordenamiento ambiental, como saneamiento, identificación y eliminación de criaderos y vigilancia de los sistemas de agua, áreas comunes y viviendas, única forma posible de lograr interrumpir la transmisión de las enfermedades del dengue, Zika virus y Chikungunya.
Otras recomendaciones se relacionan con el control del vector en las viviendas a través de medidas domésticas que incluyen limpieza de patios, recolección de objetos que puedan servir de criaderos, tapado adecuado de los envases de agua; aplicación de repelente sobre a piel expuesta y dormir bajo mosquitero.
Asimismo, tal como viene haciendo el Ministerio desde octubre de 2014, la Academia de Ciencias de la República Dominicana recomienda y apoya la participación y colaboración intersectorial en todos los niveles del gobierno, pues el país ha demostrado que “con la acción comunitaria se puede llegar a cada uno de los hogares en uno o dos días para controlar y erradicar enfermedades prevenibles”.
También pide que a partir de la experiencias de Brasil el país establezca una estrecha vigilancia a la microcefalia hasta tanto se pueda establecer una relación de causalidad con el virus Zika, en vista de que “Tenemos una población de adolescentes embarazadas provenientes de familias disfuncionales”.
Agrega que “el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica debe estar atento a la ocurrencia de esa condición y el Sistema Nacional de Salud organizarse para asistir a las madres cuyos hijos puedan presentar microcefalia.
El documento concluye que las acciones a emprender identifiquen la vulnerabilidad ante el Zika, ser sostenible en el tiempo con dotación de recursos necesarios para la prevención, control y respuesta; y que tenga en cuenta que la intervención debe ser tres en uno, es decir que tenga alcance contra el Dengue, Zika y Chikungunya.
Pide tomar en cuenta que el mayor problema de salud pública es el dengue, porque es la enfermedad que mata a niños, jóvenes y viejos. Asimismo, destaca la necesidad de la coordinación interinstitucional e intersectorial, al tiempo que exhorta a los ayuntamientos a recoger la basura, la participación militante de las organizaciones comunitarias y barriales y el despertar de los clubes deportivos y culturales, entes sociales que han caído en un penoso letargo en su importante liderazgo social. ¡Es una lucha de todos!