La Academia de la Lengua carece de plataformas
para detener atropello al idioma

La Academia de la Lengua carece de plataformas<br/>para detener atropello al idioma

POR LEONORA RAMÍREZ S.
La involución del español dominicano tiene un punto de partida: el tipo de metodología que se aplica en las escuelas desde hace 30 años, que enfatiza más la teoría que las prácticas, consideró Bruno Rosario Candelier.

La Academia Dominicana de la Lengua podría ser una herramienta perfecta para detener el mal uso que le dan los dominicanos al español, pero con RD$50,000 mensual es imposible que esa institución realice las investigaciones, conferencias y cursos que podrían crear una conciencia lingüística que limite el atropello al idioma, según plantea Bruno Rosario Candelier, presidente de la referida institución.

Tomando en cuenta que a muchos les parecería intrascendente analizar una problemática tan intangible, este lingüista advierte que del dominio del lenguaje depende no solamente el bagaje cultural de las personas, sino también su capacidad de razonamiento.

“La lengua refleja el nivel cultural porque ésta es un espejo del alma, de la cultura. Entones el nivel de nuestra lengua en términos de formación, del uso, del conocimiento del vocabulario, del dominio de la normativa y de la expresión, de alguna manera refleja nuestra capacidad intelectual”.

Desde ese punto de vista el diagnóstico de los hablantes dominicanos es pésimo, porque su manejo idiomático se deteriora progresivamente por la falta de interés aunque hay hablantes que tienen conciencia lingüística, a juicio de Rosario Candelier.

Ese deterioro es una expresión más del comportamiento de la sociedad dominicana que se manifiesta en lo moral, social, intelectual y en el uso de la lengua, expresó al destacar que todos los sectores deben preocuparse por esa situación.

“Es una realidad que los intelectuales y escritores de la década de 1940 ó 1950  tenían un nivel lingüístico superior a los de la actualidad, eso quiere decir que no hemos heredado la disposición para seguir creciendo.

“Ahora tenemos mejores condiciones para adquirir el conocimiento, hay más dinero, más universidades, más recursos técnicos y sin embargo hay menos desarrollo espiritual, moral y estético. Eso debe llamarnos a preocupación a todos los que tenemos una responsabilidad en la sociedad”.

En ese sentido, manifestó que la Academia está llamada a despertar esa inquietud en los maestros, en los periodistas, comunicadores e intelectuales para que contribuyan mucho más con la mejoría del español dominicano”.

EL DETERIO DEL SISTEMA EDUCATIVO
La involución del español dominicano tiene un punto de partida: el tipo de metodología que se aplica en las escuelas desde hace 30 años, la cual enfatiza más la teoría que la práctica.

Consideró que se le presta poca atención al uso vivo de la lengua y eso ha influido al descenso de la calidad.

Los elementos que deben priorizar en la enseñanza de la gramática castellana son el hablar, escuchar, leer y escribir, “es verdad que ese esquema se mantiene en el sistema educativo dominicano, pero de una  manera tangencial y secundaria, no es prioritario que el estudiante se ejercite en la lectura comprensiva, la escritura o el enriquecimiento del vocabulario”.

A propósito de vocabulario, consideró que el de los hablantes dominicanos es muy reducido por la falta de lectura, lo cual se traduce en la formación de los profesionales.

“Recientemente yo hablaba con unos estudiantes de término de letras y no sabían qué significaba la palabra recital, una palabra que no es ni técnica ni culta, eso significa que el vocabulario es demasiado reducido en los hablantes porque no se le está dando la atención que amerita”.

Todo lo descrito, a juicio de Rosario Candelier, es parte del deterioro del sistema educativo nacional, aunque destacó que las autoridades no están despreocupadas pero se debe hacer una revolución en la educación para que los estudiantes salgan con mejor formación de escuelas y universidades.

SIN RECURSOS PARA TRABAJAR
El valor de todo lo que plantea Rosario Candelier se queda en el aire porque esa institución no cuenta con los recursos necesarios para hacer todo lo que podría, para tener más participación en ámbitos universitarios y culturales.

“Tenemos carencias, precariedades, recibimos sólo RD$50,000 mensuales que solamente dan para la operatividad de esta institución que apenas tiene tres empleados. Con un presupuesto de RD$500,000 muchas iniciativas se podrían tomar”

“Hay un trabajo de investigación que realizamos con mucha precariedad y es sobre dominicanismos, para terminarlo necesitamos tres o cuatro investigadores  pero no contamos con recursos para contratarlos”.

La Academia de la Lengua, que está adscrita a la Secretaría de Cultura, funciona en la Casa de Las Academias, en la Zona Colonial. Es un local con apenas dos oficinas, y un área para la biblioteca que se encuentra en proceso de organización.

Esa institución forma parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y que es presidida por la Real Academia Española. En Hispanoamérica comenzaron a crearse las academias de la lengua a principios del siglo XIX.

La directiva de la Academia dominicana está también integrada por Federico Henríquez Gratereaux, Irene Pérez Guerrra, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez y Andrés L. Mateo. El encargado de asuntos económicos es Manuel Núñez y de la biblioteca Manuel Matos Moquete.

PESE A LAS PRECARIEDAS, LA ACADEMIA LABORA
Al margen de las dificultades económicas, la institución se esfuerza por tener una presencia en la sociedad, y sobre todo para cumplir con su misión de velar porque el idioma se mantenga con los principios, valores y características que tiene intrínsecamente.

Próximamente la entidad pondrá en circulación un libro de lingüística, y en los  últimos meses parte de su trabajo se ha concentrado en dar a conocer en todo el país el Diccionario Panhispánico de Dudas y el Diccionario Esencial de la Lengua Española.

“Esas publicaciones se están presentando en todo el país para incentivar la inquietud por la lengua, para contribuir a despertar  el interés por todo lo concerniente al idioma, esa es una preocupación que debe ser permanente en atención al descenso que se puede constatar en el uso de la lengua entre los dominicanos.

La Academia tiene en carpeta dos proyectos importantes –claro que están sujetos al desenvolvimiento económico- que son la creación de un centro de formación lingüística y un centro de investigación lingüística en el lenguaje dominicano.

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