Uno de los grandes desafíos que encara el gobierno del presidente Danilo Medina es lograr que todos los ciudadanos dominicanos (utilizamos la palabra ciudadano en su aceptación genérica) tengan acceso a un sistema de instrucción pública pertinente y de calidad. Para lograrlo, se necesitan gestores, técnicos, y maestros capacitados y bien pagados; espacios adecuados  y bien equipados; y programas de enseñanza actualizados.

 Muchos de los políticos del patio cuentan con que “las palabras se las lleva el viento”. Incluso, cuando hacen declaraciones públicas dan por descontado de que es así. Hasta donde hemos podido apreciarlo, el presidente Danilo Medina no es de las personas dadas a proferir palabras contando con que el viento se las lleve. Por ello, estamos seguros  de que, a partir de enero del 2013, el presupuesto del Ministerio de Educación se elevará de 58 mil 590 a 117 mil, 188 millones de pesos; suma ésta equivalente al tan anhelado 4% de nuestro Producto Interno Bruto. 

En materia de formación y capacitación docente hemos avanzado bastante. A finales de la década de los años 60 del pasado siglo 20, apenas un 5% de los maestros en servicio poseía un título que lo acreditaba como tal. Hoy, más del 80% de ellos está titulado. Decenas de maestros han cursado estudios en el exterior de especialización, maestría o doctorado. Pero, se aprecia cierta falta de pertinencia y de calidad en algunos de esos programas.

También,  desmotivaciones en el ejercicio docente causado por los bajos salarios que aquí devengan los  profesionales de la educación. El impartir docencia es una tarea que envuelve grandes sacrificios, y debería estar mucho mejor pagada. Atender a la formación y capacitación de los maestros en servicio y mejorar sus condiciones de vida es uno de los retos que debemos encarar. Claro está que no es el único.

Es tiempo de campaña para elegir la nueva directiva de la ADP. Se espera que en los días por venir, el tema de los aumentos de sueldos de los maestros estará sobre el tapete y que no faltarán aspirantes a ocupar puestos directivos en esa organización que propongan aumentos de salarios desproporcionados y que afanen por hacerles creer a los demás que  basta con disponer de maestros bien pagados para que se corrijan los numerosos y complejos  problemas que afectan al Sistema Dominicano de Instrucción Pública. A ellos va dirigido este  pensamiento de Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, y gloria de las letras españolas: “Solo dando uno más de lo que se le pide tiene derecho a pedir más de lo que se le da”.