Cada vez que le preguntan sobre Brillante Navidad y las quejas de los vecinos de La Esperilla por los trastornos que, según alegan, les provoca la celebración del concurrido espectáculo de luces,  el alcalde Roberto Salcedo responde   lo mismo:  ”Brillante Navidad es parte de la agenda de la ciudad de Santo Domingo”, y por lo tanto continuará celebrándose en el Parque Iberoamérica. Hasta ahora, que se sepa, nadie le ha preguntado al señor Salcedo  cuándo, cómo y quiénes diseñaron esa agenda que le sirve de muletilla adonde quiera que va, aunque resulta obvio que a los vecinos de La Esperilla, directamente afectados por la barahúnda que se arma cada noche de diciembre que se celebra Brillante Navidad, nadie los consultó  ni les preguntó y mucho menos les habló de la existencia de esa agenda que tanto les ha perjudicado. Aunque también es probable  que  solo exista en la cabeza del alcalde Salcedo y su particular  visión sobre cómo organizar la vida de la ciudad de Santo Domingo y sus habitantes, visión en la que juega un papel fundamental el populismo que tan buenos resultados electorales le ha dado y que probablemente le siga  dando, pues el hombre quiere seguir… Y para muestra, este botón: “Hay que colocarse en el contexto de los barrios de la zona Norte. ¿Qué hacen esos niños doce meses del año confinados en niveles de contaminación y que no tengan un lugar donde ellos poder ir en diciembre? Yo creo que no, yo creo que la ciudad tiene la necesidad de generarle a ellos la posibilidad de ir a un lugar”. Y como el propio Salcedo reconoce que en los barrios de la parte Norte, su principal cantera de votos, no hay condiciones para montar un espectáculo de esa  naturaleza, los sacrificados tienen que ser  los vecinos de La Esperilla, que  no tienen a nadie en el cabildo capitaleño   dispuesto “a colocarse en su contexto” para  ser capaz de comprender todos los trastornos que tienen que sufrir   a causa de la brillante  (y populista) idea del señor alcalde.