La agenda del Presidente

La agenda del Presidente

TACITO PERDOMO
El presidente Fernández Reyna no ha dado ninguna muestras de que esté interesado en que la Nación dominicana asuma, como propósito ineludible, la puesta en práctica de un Plan Nacional de Desarrollo. Al contrario, es de lamentar que el mismo fantasma, propio de la arrogancia del poder, que influyó la decisión de la venta onerosa del complejo eléctrico estatal, ronde hoy sobre la Nación. Esta vez, comprometiéndonos en la implementación de un Metro que pudiera convertirse en un barril sin fondo.

Y no es que a la larga esa obra dé o no dé frutos positivos; el asunto es que hoy, hasta un lápiz hay que comprarlo con dinero prestado, gravando así el futuro de nuestros hijos y, en lo inmediato, a las legiones de desheredados, que son las mayorías de nuestros compatriotas. Cabría resaltar que se recurre a empréstitos porque ya queda poco por vender.

El proyecto del Metro es la prioridad fundamental de la agenda del gobernante. Desgraciadamente, las enormes deficiencias que sufrimos en vitales renglones para la población, no conmueven sus imperturbables propósitos.

Por sus palabras, intuyo que el razonamiento pudiera ser:

“Es cierto que la mayoría de los pobres de esta generación y de la generación que viene morirán por falta de atenciones mínimas y eso es lamentable.

“Pero todas las cosas tienen un lado negativo y otro positivo; en este caso el positivo es que, al morir temprano, dejarán de sufrir; además, y es lo más importante, varias generaciones futuras tendrán un medio adecuado de transporte. Cuando el tiempo transcurra se recordará al Hombre que lo hizo posible. Así pasa con los Faraones y las pirámides, con Trajano en el Imperio Romano y, más temprano en la historia, con Iván el Terrible y el Transiberiano. ¿Y quién recuerda sus muertos?”

Quisiera estar equivocado pero no encuentro alternativas para pensar distinto porque el desastre de la aventura eléctrica debió de servir de lección y no fue así. Qué pena.

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