La agenda del presidente Medina

La agenda del presidente Medina

Una conclusión que se desprende del último discurso del Presidente Danilo Medina  es que su agenda política no estará determinada por el predicamento opositor, ni las arremetidas de la sociedad civil.

Por eso eludió temas recientes, azuzados por sus rivales partidarios y grupos organizados situados detrás de los movimientos de protestas, como las causas del déficit fiscal y su relación con la reforma tributaria, las acusaciones de corrupción contra las pasadas autoridades, o las negociaciones con el FMI y el déficit del sector eléctrico. Tampoco abordó sus éxitos en el extranjero.

No valía la pena hablar del déficit presupuestario, pues este desaparecerá después del 2013, cuando se recauden los RD$46,000 millones necesarios para equilibrar el desbalance del gobierno central; las manifestaciones callejeras menguarán en breve y las acusaciones  de dolo contra la pasada gestión  pertenecen al ámbito Judicial, no son de la incumbencia de Medina.

Algo más: ¿Qué Danilo era incapaz de criticar a su predecesor Leonel Fernández? Los tres párrafos siguientes responden esa inquietud. Dijo el Presidente: “Aprobamos, poco después, el decreto 499-12, con medidas para mejorar la eficiencia del gobierno y acabar con cualquier tipo de gasto alegre e innecesario”.

“Acabó, por ejemplo, la utilización de tarjetas de crédito del gobierno para asuntos privados, la compra de vehículos de lujo y la celebración de fiestas. De la misma forma, se suspendieron los aportes del gobierno a los planes de pensiones complementarios. Es decir, no se pagarán con fondos públicos más pensiones extraordinarias a ningún funcionario”. “Porque un gobierno democrático no es para formar castas, ni para mantener grupos de privilegiados, pero sí para luchar por la igualdad de todos”.

Para muestra, basta un botón. Danilo quiere imprimirle al gobierno su inconfundible sello personal. Sin aplastar a nadie.

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