La agenda del Presidente

La agenda del Presidente

El Presidente Leonel Fernández, al inaugurar ayer un nuevo período de mandato, presentó al país un programa de realizaciones y compromisos que impulsarían al país hacia niveles más elevados en materia de desarrollo.

Se ha comprometido a mejorar la educación elemental y universitaria, la seguridad ciudadana, el combate de la corrupción y el narcotráfico, la competitividad del país, el financiamiento para la producción agrícola  y la energía, entre otros aspectos, y ha prometido una cantidad apreciable de obras de infraestructura. Y así como ha generado expectativas y esperanzas, ha sido inevitable que se piense en el gran costo económico de todo lo ofrecido y el aparentemente corto tiempo para su ejecución.

En ese mismo discurso, el Presidente ha planteado los retos económicos que le han impuesto al país las veleidades del mercado petrolero, la carestía de los alimentos y otras variables del entorno internacional. Sería útil que el país reciba explicaciones acerca de los medios de que se valdría el Gobierno para hacerle frente a los costos extras que imponen a la economía los factores externos y  cubrir la financiación de todas las obras y proyectos expuestos en su discurso. El Presidente ha ofrecido mucho de lo que ciertamente quiere y necesita el país para actualizar su  desarrollo, pero las expectativas creadas parecen desbordar las posibilidades de corto plazo.

La siempre útil concertación
En un  aspecto de su discurso, el Presidente Leonel Fernández dejó reafirmada su vocación por la concertación y el diálogo, por las soluciones incluyentes. La necesidad de unificar las elecciones presidenciales con las congresuales y municipales, y de regular los partidos políticos para fortalecer la democracia interna, obliga a un llamado al diálogo que debe ser respondido positivamente por los partidos.

Los propósitos de ese llamado a la concertación se corresponden con una auténtica necesidad. Por un lado, el país necesita descansar del activismo político que generan las elecciones cada dos años, y por otro lado, dado que la democracia está sustentada en el sistema de partidos, éstos tienen que crecer y desarrollarse sobre la base de reglas de equidad y participación que garanticen la calidad de la democracia interna de las organizaciones así como de la nación. El Presidente invita a concertar sobre estos aspectos y merece que se le complazca.

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