La agricultura aún no aprovecha enorme potencial hídrico disponible

La agricultura aún no aprovecha enorme potencial hídrico disponible

El agua es un recurso obligatorio para el desarrollo agropecuario.

Por eso, el poner el agua a disposición de nuestra agricultura es parte del éxito de cualquier Plan serio.

Sin embargo, en el país, solamente poseemos una capacidad instalada de almacenar 1,782.9 millones de metros cúbicos de agua, estando las presas llenas.

Y sabiendo que las actividades agrícolas y pecuarias requieren alrededor de 6 mil millones de metros cúbicos de agua para riego, por año, es necesario atizar un programa para un mayor uso de las aguas.

Entonces, visto que desaprovechamos más de la mitad del agua que se produce, en la ocasión de estar en el Senado, sometí una iniciativa a los fines de que se ejecutara un Plan Quinquenal donde, como primera etapa, se construya la infraestructura capaz de aprovechar, por lo menos la mitad de las aguas disponibles de lluvias, subterráneas y de los ríos.

Entre las obras hidráulicas a construir citamos las presas de Monte Grande (que se inició), Artibonito, Monte Mayor, las dos Bocas en Macasías, las  aguas de río Yásica “Alto Yuna”, en la parte alta de Bonao, que supliría de agua a Cotuí, Hermanas Mirabal y a San Francisco de Macorís.

La presa de Ámina, que abastecería de agua a Valverde; en María Trinidad Sánchez está la presa de Boba, para “atrapar” el agua que se pierde y garantizarle la potable a la provincia completa y en adición a ella a Samaná.

También la presa Chavón, en el Este. Única zona sin presas, pese a ser una estratégica zona  turística y donde existen grandes extensiones de tierra fértil e ideal para producción en invernaderos.

Igualmente,  en esa región es posible dedicar la hidroeléctrica a la generar energía limpia.

En el noroeste existe la posibilidad de Las dos Bocas, en el río Guayubín; así como Los Cocos y Don Miguel, en Dajabón.

En este propósito, los estudios revelan que en el país tenemos precipitaciones anuales por el orden de 73,000 millones de metros cúbicos. De esas se pierden por efecto de la evapotranspiración 48,000 millones de metros cúbicos, quedando 25,000 millones de metros cúbicos en condiciones de uso, siempre que podamos contar con la infraestructura para esto.

Del agua disponible, 2,000 millones de metros cúbicos son subterráneas, y 23,000 millones de metros cúbicos de agua están en la superficie.

Esta ejecución inmediata, de un plan de construcción de 120 obras, incluye 12 grandes presas y embalses, y 108 pequeños y medianos proyectos hidráulicos.

Esa acción agregaría 1,385 millones de metros cúbicos, al sistema hídrico.

En la actualidad se irrigan 4,948,352 tareas, donde participan 82,835 usuarios, en 35 presas, de las cuales 27 son de riego y producción de energía. Se estima que de inmediato y mediante diversas obras, es posible agregar al riego 3,916,645 tareas de tierra, para alcanzar una superficie de riego de 8,864,997 tareas de tierra.

Asimismo, es urgente elevar la eficiencia del riego, que actualmente está en apenas en un promedio de 25%, por lo que se deben realizar obras complementarias.

Existen otras posibilidades, de suma importancia, como la Hidroeléctrica del Artibonito, ubicada en Pedro Santana, y que por nuestra gestión fue parte del Presupuesto General del país en dos ocasiones (2013 y 2018), para generar 52 megavatios, energía suficiente para satisfacer la demanda de las provincias de Elías Piña y San Juan.

Sus aguas sólo se utilizarán para la producción de energía, porque son aguas internacionales, que no deben ser disminuidas ni cambiado su contenido y mucho menos desviadas (condiciones extremadamente cuidadas por la República Dominicana).

Pero tenemos el rio Tocino, cuyas aguas sí irán a incorporar 214,203.2  tareas de tierra al riego en Pedro Santana y Bánica, así como un área de Las Matas de Farfán.

Con la misma lograremos, además de la generación de energía y la creación de nuevas riquezas, el fomento piscícola, en la zona más deprimida y pobre del país.

Ante la importancia de esta obra, el Senado aprobó el 30 de agosto del 2017, una resolución presentada por mí y con la firma solidaria de 21 senadores, lo que junto al apoyo del obispo José Dolores Grullón Estrella contribuyó a que se colocara en el presupuesto de la nación.

Monseñor Grullón Estrella, mediante esa misiva bastante ilustrativa al entonces Presidente Danilo Medina, argumentando que la obra “vendrá a contribuir con el desarrollo de la provincia de Elías Piña”, mejorando el hábitat, el medio ambiente y creando nuevas riquezas.

Por último, avanzar en colocar riego a nuestra tierra, es aumentar la seguridad alimentaria dominicana.

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