La aguda crisis del boxeo, un mal «endémico» que no tiene cura

La aguda crisis del boxeo, un mal «endémico» que no tiene cura

POR CARLOS NINA GóMEZ
Crisis en el boxeo profesional de República Dominicana: ¡Un mal endémico que no tiene cura!. La frase que da inicio al presente reportaje parece «manida». Bueno, se podría decir que sí…pero, según expertos, hay que seguir pronunciándola. Y escribiéndola.

Lo han expuesto especialistas: «El boxeo no encuentra quién -o quiénes- vaya en su auxilio y cada día se agudiza su agonía sin perspectivas de solución a su aguda crisis».

En un reciente trabajo, publicado en este diario, Ramón Pina Acevedo, ex- Comisionado Nacional de Boxeo Profesional, lanzó duras críticas y recordó los buenos momentos del boxeo local.

Es decir, el conocido abogado, que también se desempeñó -durante dos períodos consecutivos- como presidente de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), afirmó que los gobiernos dominicanos no han ofrecido, como lo hacen con el béisbol, la reclamada protección al deporte de los puños enguantados.

Este criterio también encuentra eco en promotores, entrenadores, apoderados de boxeadores y, obviamente, entre los propios pugilistas dominicanos.

Porque, se ha dicho, «no basta con montar carteleras en las que compiten (¿?) mediocres peladores quisqueyanos a las que no asisten en masas los fanáticos.

Porque en realidad, agregan, con esas carteleritas lo que se busca es obtener beneficios personales…¡y nunca en favor del desarrollo del boxeo!.

LA CAPITAL DEL BOXEO

«Soñadores» promotores -y organizadores de carteleras- llegaron a preparar un proyecto cuyo principal propósito era convertir a Santo Domingo en «la capital del boxeo de América Latina».

Esos aspirantes a empresarios del boxeo, entre los que se citan a Pedro Julio Evangelista y José Tamariz Cerda -y más tarde Rafael Lantigua-, fueron los «soñadores del boxeo dominicano».

El tiempo ocasionó que sus intentos romáticos se atascaran…Tamariz Cerda, quien llegó a organizar actractivos programas en los que accionaban capacitados peleadores (entre los que figuraron Miguel Montilla, Fausto «Ceja» Rodríguez, Enrique Sánchez, Héctor Julio Mdina, Daría Hidalgo, Adriano .Nani- Marrero y Leonardo Leo Cruz, entre otros) – se dio por vencido. Y se retiró de esas lides.

Pedro Julio Evangelista, el más persistente, ha ofrecido incontables declaraciones a la prensa y haciendo llamados al Estado y al empresariado privado para que den respaldo al marginado boxeo.

Pero esos llamados románticos se parecen a las prédicas del humanista padre Antonón de Montesinos en su inolvidable Sermón de Adviento a favor de los maltratados indios: ¡Una voz en el desierto!.

UN COMBATE MUNDIAL

Siempre se dijo que «cuando anto Domingo sea la sede de un combate de campeonato mundial, pues el boxeo se levantará de sus cenizas».

Quienes así postulaban apostaban a que la capital del país, para ser un atractvo para el negocio del boxeo, primero tenían que organizar un cartel internacional en el que un monarca criollo mundial fuera la figuran principal.

Y, en un programa internacional, pusiera en disputa la corona mundial ante un extranjero.

El país cuenta, en la actualidad, con un campeón mundial (Joan Guzmán), pero tampoco eso basta para que en Santo Domingo se monte por lo menos una pelea titular.

Precisamente Guzmán, monarca súper gallo (122 libras) avalado por la Organización Mundial de Boxeo (OMB), no ha podido pese a sus constantes llamados a las autoridades y al sector empresarial privado- poner en juego aquí su cinturón.

Conquistó la faja omebeísta el 17 de agosto del 2002 y apenas ha podido defenderla en una ocasión y lo hizo -el 26 de febrero del pasado año- ante su compatriota Agapito Sánchez a quien noqueó en el séptimo asalto.

Para el nueve de abril está prevista la segunda defensa, pero obviamente no será en su país, frente al estadounidense Mark Johnson. El pleito será en San Diego, Estados Unidos.

No se vislumbra, por todos estos años y por lo mismo que se ha dicho de que en RD no hay respaldado por ningún lado para el boxeo loca dominicano, -afirman observadores deportivos- que Santo Domingo sea escenario de una pelea por título del mundo.

¿PARA QUÉ EL COLISEO?

El 11 de agosto de 1986, cinco días antes de finalizar el gobierno del fenecido Joaquín Balaguer, quedó, al fin, inaugurado el tan anhelado coliseo de boxeo.

Fue inaugurado con el nombre de Coliseo de Boxeo Carlos -Teo- Cruz para honrar la memoria del primer campeón mundial dado por República Dominmicana.

Hubo fiestas, alegría y júbilo en todos los estamentos deportivos del país…especialmente en la famlia boxística.

Porque se pensaba que esa instalación serviría para hacer avanzar el boxeo profesional y amateur de la nación. De manera, añaden, que todo fue mentira de que con esta instalación «el boxeo iba a tener su casa».

Con el paso del tiempo la moderna estructura no ha servido, prácticamente, para «nada boxeo».

Y lo que ha sido, en toda su edad, es «un elefante blanco». Una instalación, dicen críticos, que mayormente es utilizada por cualquier actividad, «menos para organizar programas boxísticos».

Todos los secretarios de Deportes, que se han sucedido tras nacer esta obra que tuvo un costo millonaro, se han volcado en promesas…en pura demagogia, y no le han hecho caso a los reclamos que hace la familia del boxeo para que el Coliseo Carlos -Teo- Cruz salga de ser una instalación inerte.

En síntesis, subrayan los observadores deportivos, el boxeo profesional del país no sólo no tiene dolientes ni protección de nadie, sino que no hay, por el momento, autoridad para que -como Lázaro- este marginado deporte se levante de su tumba.

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