La alegría de rectificar a tiempo

La alegría de rectificar a tiempo

Recojo temprano, en el frente de mi casa (marquesina o galería) los diarios que me llegan. Generalmente dos, a veces tres. Comienzo a tiempo mi aventura visual.

Normalmente, leo páginas tras páginas. Aunque, con frecuencia altero el método y me dirijo a alguna lectura especial: una noticia “esperada” importante, obituarios, columnas de opinión… En verdad comienzo en la primera página con los recuadros de resúmenes y otras notas simplificadoras, pero muchas de ellas con ilustraciones. Desde siempre lo hago de esta manera. Así lo prefiero, porque  no deseo que se me quede algo de importancia.

No lo leo todo. Falta tiempo, y hay demasiadas cosas que hacer. Aun así, mi espíritu de viejo maestro, de investigador, de analizador, me inclina a leer cada texto con suficiente cuidado, a confrontar la correspondencia del titular con el contenido de la noticia; la estructura de cada información, desde su comienzo del texto  hasta el último párrafo de cada material que leo.

Claro que no leo todo lo que trae el periódico. Ya lo he afirmado. Con todo, los artículos de fondo o de entretenimiento no me pasan inadvertidos.

Cuando joven leía mucho acerca de deportes, sobre todo de béisbol, el único de esta clase que me hacía dedicarle horas en el estadio, y tiempo en la lectura de la prensa escrita. Varios años, sin embargo, me alejaron el entusiasmo por ese entretenimiento, y hasta dejé asistir al estadio. Por fin, hace una o dos temporadas he vuelto a leer algo de deportes. Mas, no con la forma ni el tiempo que antes dediqué.

En aquel lapso de alejamiento de ese tema, solía leer acerca de grandes figuras de las mayores: Joe Dimaggio, Hank Greenberg, Bob Feller, Babe Ruth, Pee Wee Reese (¿Olvidé escribirlos correctamente, verdad?). Tengo como equipos favoritos en Ligas mayores, el Detroit en la liga Americana y los Dodgers, en la Nacional. Bien sé que existe una organización de por medio, aunque aún no me inclino.

Tengo mi equipo favorito en el país, invariable, con orgullo. No obstante, por ciertas circunstancias que se atraviesan, me inclino, ligeramente por una requerida opción, sin detrimento de lo que ha sido mío. (Alguna vez, si lo desean y puedo, les relataré esas odiseas).

Pero no era esto de lo que quería hablarles; es acerca de otro tema. Claro, relacionado con medios de comunicación y con deportes. Escribo hoy jueves primero de marzo del año en curso (2012). Entre lo primero que leo cada mañana se encuentra el diario HOY, para el cual sirvo un artículo cada domingo. Este matutino tiene una sección diaria intitulada ¡ALEGRÍA! (que a veces sale unida con otro cuadernillo: Rostros y así… En ¡ALEGRÍA!), con un amplio cintillo se coloca el nombre de la sección (cintillo anaranjado o mamey, lado izquierdo) y al lado derecho, se imprime una nota corta, con fotografías generalmente. Allí va material acerca de artistas, compositores, pintores…    Este jueves retropróximo, HOY insertó en / ALEGRÍA/ una breve noticia, encabezada por el adjetivo /  sustantivo: ASESINADA; sin ninguna connotación:

La actriz china Bai Jing […] fue asesinada con un arma blanca en su domicilio de Pekín por su marido […] quien tras cometer el crimen se suicidó “…”

 Con frecuencia aparece en esa página el contraste que hay en el enlace título /  información, que HOY debe revisar para la adecuación imprescindible. No una sola vez se ha visto esta  dolorosa contradicción.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas