El fatídico 11 de septiembre 2001 será recordado por el ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington y por la secuela de muerte, destrucción y confrontación que dicho atentado provocó. La consecuencia inmediata a lo interno de los Estados Unidos de América fue la definición de una nueva estrategia de seguridad nacional con las consecuencias militares por todos conocidos.

La definición de un marco jurídico que permitiera enfrentar la lucha contra el terrorismo se convirtió en una prioridad y en junio de 2002 la Asamblea de la OEA aprueba la Convención Interamericana contra el Terrorismo, que  le reconoce a éste como una amenaza a los valores democráticos, la paz y la seguridad internacionales.

Mientras esto sucedía a nivel estratégico y normativo, en el mundo de las ideas retornaba el debate iniciado a mediados de los noventa a partir del artículo de Samuel Huntington sobre el Choque de Civilizaciones.

 La hipótesis de Huntington colocaba la fuente de conflicto de la humanidad después del fin de la guerra fría y la bipolaridad, en un conflicto entre civilizaciones. Parafraseando a este autor norteamericano, los Estados Nacionales continuarán siendo actores poderosos en los asuntos mundiales, sin embargo las principales fuentes de conflictos en la política global ocurrirá entre naciones y grupos de diferentes nacionalidades. De ahí que el choque de civilizaciones dominaría la política global.

Mas allá de las criticas al carácter culturalista, simplista y arbitrario de esta visión  de Huntington en la medida en que no toma en cuenta la dinámica interna y las tensiones propias de las llamadas civilizaciones. La misma ha servido de base para estructurar una estrategia global que busca  promover y mejorar la comprensión y la cooperación entre naciones con distintas culturas y religiones, particularmente en las sociedades occidentales y musulmanas.

En 2005 se crea la Alianza de Civilizaciones a iniciativas de los gobiernos de España y de Turquía y bajo los auspicios de las Naciones Unidas y la que cuenta con un Grupo de Amigos integrado por 85 países, entre los cuales se encuentra la República Dominicana. La Alianza de Civilizaciones se planteó identificar las causas de la polarización entre las sociedades y culturas y recomendar las medidas apropiadas.  El Alto Representante de la ONU para la Alianza de Civilizaciones, ex presidente de Portugal Jorge Sampaio, presentó un Plan con algunos objetivos: a) Desarrollar una red de asociaciones, b) apoyar proyectos que fomenten el entendimiento y la reconciliación entre las culturas occidentales y musulmanas, c) establecer relaciones y facilitar el diálogo entre los grupos que puedan actuar como fuerza de moderación y comprensión.

Se han establecido cuatro campos de acción: la juventud, la educación, los medios y la migración. Por ello el tema del Primer Foro Mundial celebrado en Madrid en 2008 se concentró en el tema de la juventud. Mientras el Segundo Foro Mundial, celebrado en Estambul, se ocupó del establecimiento de una Estrategia Regional como plataforma del diálogo incluyente y global. Para pasar de la idea a la acción la Alianza de Civilizaciones  ha establecido varios proyectos: 1) un centro de información en línea, en el que da cuenta de las mejores practicas de gobiernos, organizaciones e instituciones que trabajan en tender puentes para el diálogo intercultural. 2) Un Mecanismo de Rápida Respuesta Mediática, que se moviliza en momentos de tensión mundial en torno a cuestiones interculturales. 3) Un Centro de Empleo para la Juventud de Medio Oriente, que busca concertar la oferta de empleo con los jóvenes de Medio Oriente con el fin de combatir la alienación y la exclusión; 4) La Iniciativa del Camino de Abraham, mediante el cual la Universidad de Harvard desarrolló una ruta permanente de turismo y peregrinación, elaborando materiales que promuevan la comprensión entre religiones y la ética común Abrahamica entre las tres religiones monoteístas.

El III Foro Mundial se realizara por primera vez en nuestra región los días 28 y 29 de mayo en Río de Janeiro, y en el mismo dignatarios, parlamentarios, académicos y de la sociedad civil bajo el lema “Uniendo Culturas, Promoviendo la Paz”, se reúnen para incorporar los pueblos y culturas de las Américas a esta iniciativa global.