Si bien el momento exacto depende de cada niño y su rapidez en el aprendizaje de la masticación, a partir de los 12 meses  debe iniciarse progresivamente la introducción de alimentos con textura más gruesa. Así comenzaremos a acostumbrar al bebé a alimentos troceados en vez de pisados. Para empezar, una buena solución es darle la manzana rayada más gruesa o la banana no tan majada.  También deben introducirse poco a poco, galletas, yogur natural, quesos y jamón. Durante etapa las necesidades nutricionales son variables dependiendo del peso y talla y actividad. También debe pasar del concepto de plato único a una comida compuesta por verduras, patatas, sopa, purés, además de carne, pescado, huevo, todo ello acompañado de una guarnición) y finalmente un postre. No más de 1300 calorías por día.