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Con el deseo de perder unos kilos rápidamente, mucha gente utiliza ciertos “trucos y atajos” en su dieta diaria que pueden provocar desequilibrios en el organismo.
Nos detenemos en la salud capilar. Nuestro cabello está químicamente compuesto por agua (70%), lípidos (2%) y proteínas (28%). Estas determinan la dureza y fortaleza del cabello. La más abundante es la queratina. Los lípidos (ácidos grasos, ceramidas, sulfato de colesterol…) nutren y dan brillo al cabello.
Los expertos de Svenson, centros de salud capilar, nos dan algunas pistas sobre dónde encontrar algunos de los nutrientes básicos para un cabello sano.
Azufre. Elimina toxinas y ayuda a tener buenas digestiones. Favorece la síntesis de queratina y colágeno.
Hierro. Indispensable para transportar oxígeno y proteínas. Su carencia produce anemia y, junto con la falta de energía, vuelve al cabello más quebradizo y frágil.
Ácidos grasos y Omega 3. Su déficit provoca sequedad en el cabello, volviéndolo opaco y poco dócil.
Potasio. Participa en la síntesis de proteínas. Su falta aumenta la caída del cabello.