Paraguas, camisetas y hasta anillos se pueden encontrar en Reino Unido decorados con la famosa amapola roja, símbolo del Día de la Memoria, dedicado a los caídos en la guerra.
Pero lejos del símbolo de paz que buscaba ser en sus inicios, hoy su uso o no uso- desata la polémica entre quienes la consideran una señal inequívoca de patriotismo y quienes aseguran que se ha transformado en moda de «fanáticos» o símbolo de estatus.
Originalmente planteado como una señal de paz para recordar a los caídos en combate, el tradicional prendedor con la flor roja que se lleva en el traje para el «periodo de la memoria» entre fines de octubre y el 11 de noviembre se ha vuelto tan popular que hoy venden hasta paraguas con su diseño.
Y esta popularidad pareciera no caerle bien a quienes aseguran que la amapola ha perdido el rumbo.
Los detractores. Cuando el año pasado el presentador de noticias británico de Channel 4Jon Snow rechazó usar la amapola roja en su traje, la respuesta del público a través de los canales interactivos fue tan masiva que Snow aseguró que tamaña reacción sólo corroboraba su teoría del «facismo de la amapola».
El problema parece no ser el símbolo en sí, sino su utilización.
Ted Harrison, creador de la amapola gigante desplegada hace un año en la catedral de San Pablo en Londres, también ha criticado duramente aquello en lo que -dice- se ha convertido el símbolo. Según Harrison, hoy «los políticos usan la amapola como símbolo de su propia virilidad patriótica, al igual que algunos famosos».
A Royal British Legion (RBL), fundación que apoya a las familias de militares en Reino Unido, recaudó en 2011 cerca de US$65 millones con la campaña. Y este año pretende incrementarlos en US$3 millones.
Tan popular se ha vuelto la amapola que el concierto de lanzamiento de 2012, realizado en pleno corazón de Londres, la Plaza de Trafalgar, contó con la presencia de las estrellas del pop Alesha Dixon y Pixie Lott.
«Es cierto, tenemos a Alesha Dixon y Pixie Lott, pero también contamos con el Coro de Esposas de Militares y la banda de los Guardias Granaderos», aseguró Teresa Greener, portavoz de la institución, en una entrevista que le realizó la Radio 4 de la BBC el día del lanzamiento.
Tras la polémica generada, la RBL le dijo a BBC Mundo que Greener no hará más declaraciones sobre el tema.
RBL gasta US$145 millones al año (US$2,7 millones a la semana) en proporcionar apoyo en salud y servicios de bienestar a la comunidad ligada a las fuerzas armadas.
¿Para no olvidar? La amapola roja es el símbolo del Día de la Memoria, conmemorado el 11 de noviembre con dos minutos de silencio en todo el país. La jornada recuerda el armisticio entre los aliados y Alemania para poner fin a la Primera Guerra Mundial y es conmemorada en la mayoría de los países de la Mancomunidad Británica, conformada por ex colonias.
La idea original era que la fecha recordara a los caídos y que el dinero recaudado a partir de ella fuera destinado a sus familias. Sin embargo, hoy la RBL también entrega parte de los fondos a ayudar miembros en servicio de las fuerzas armadas.
Sin embargo, críticos como Snow o Harrison han puesto énfasis en que la amapola actualmente desata tal «fanatismo» en la población que llega a ser «peligroso».
Según Harrison, hoy se ha perdido completamente el sentido original y universal de tristeza y luto el «nunca más» detrás de la guerra que acabaría supuestamente con todos los conflictos- para dar paso a un símbolo político que exacerba el fanatismo patriótico.
«La memoria es un valor universal, más que patriótico y los políticos deberían mantenerse al margen de su utilización», asegura Harrison. Por su parte, Greener comentó en su entrevista con la Radio 4 de la BBC: «La amapola nunca ha sido una declaración política».
No sólo civiles utilizan la flor roja, de la cual se fabrican alrededor de 45 millones por año. Miembros de las fuerzas armadas y de la policía británica están autorizados a usarla durante el periodo de memoria. Sin embargo, la utilización de la amapola en territorios históricamente nacionalistas también ha sido criticada.
En 2008, el portavoz de Familiares por la Justicia, una ONG ligada a víctimas de la violencia en Irlanda del Norte calificó de «repugnante y ofensivo» el empleo del símbolo por parte de la policía de esa región.
«Irlanda del Norte es un área con circunstancias especiales, ya que parte importante de su comunidad todavía ve en las tropas británicas un contingente que ha estado en su contra en los disturbios», explica Harrison.
El tema sigue vigente allí. El año pasado, durante el periodo que recuerda a los caídos en la guerra, varias personas fueron arrestadas en el área de Coleraine, luego de que dos jóvenes subieran a Facebook una foto en la que se quemaba una de las famosas amapolas.
«Es el problema de que hoy sea un símbolo político. Ha perdido su valor universal», asegura Harrison.