La ambición humana

La ambición humana

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Desde siempre, el pez grande se come al chiquito. Es bien sabido. En esa carrera, los primeros aspirantes a la dirección mundial son las religiones, incluso se considera que personas que no han conocido una u otra religión, serán juzgadas al final del mundo, aunque me pregunto bajo cuales parámetros.

Hace varias décadas ante una actuación injerencista de la Organización de Naciones Unidas tuve la oportunidad de escribir un editorial en el “El Nacional” en el cual me preguntaba si la ONU pretendía ser un gobierno mundial.

Lejos estaban los días en que un grupo de oficiales de la Policía Nacional iría a formar parte de las tropas de paz de Naciones Unidas en Kosovo, como parte de la rapiña política que divide el mundo a su antojo. Hablamos de un parto con fórceps, sin que mediara la voluntad popular, una persona un voto. Esta decisión fue acatada porque sí, porque los países que mandan quisieron que fuera así.

En el grupo de oficiales dominicanos participó mi hijo menor, el licenciado Juan Gabriel Gautreaux Martínez. Kosovo fue convertido en nación independiente por la fuerza y la decisión de una parte del Consejo de Seguridad, organismo superior de la ONU. Esa decisión nos puso dentro del fuego de la candela.

La Organización de Naciones Unidas vuelve a tocar el tema República Dominicana esta vez, su secretario general, habla del envío de tropas para enfrentar las pandillas que azotan Haití con fuerzas superiores a un ciclón de categoría 5.

Debido a la visión a largo plazo, la creación de la OEA sustituye la idea del inmenso Simón Bolívar sobre la unidad de las Américas, aunque todo el tiempo se aleja más de la idea de una Patria Grande para los americanos concebida por el Libertador. Ahora es la elite haitiana, la siempre beneficiaria del hambre y la miseria la que pide tropas contra las pandillas, es el momento de pensar ¿a quienes afectan las pandillas ¿Quiénes son los dueños de los bienes destruidos por las pandillas?

Esa petición envenenada significa que la elite haitiana no ha sido capaz de crear un ejército, una fuerza de Policía que mantenga la paz, que haga respetar la ley sin excesos, con justicia, conformar una autoridad que el pueblo respete porque sea justa, honesta, maneje con pulcritud los fondos públicos. Todos esos planes, peticiones, organizaciones internacionales, ONG, hablan sobre Haití y piensan en nuestras tierras, bosques, caminos, carreteras, etc.

Duarte mandó a que nos preparáramos, Escuchemos su grito de guerra, de 3 en 3. Disparar distintas armas, a preparar bombas, sabotaje, ocultar municiones, depósitos de comestibles secos, medicamentos de primeros auxilios.

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