La amenaza de delitos para los que el Código Penal sirve muy poco

La amenaza de delitos para los que el Código Penal sirve muy poco

Un país, es este, atrapado en indefiniciones y obsolescencias contrarias a la efectiva defensa de los intereses de la sociedad, con autoridades recortadas en facultades para proteger los derechos de la mujer y combatir la precocidad de embarazos en adolescentes que mayoritariamente derivan de violaciones sexuales: hombres desenfrenados lanzados al disfrute de la carne infantil y juvenil.

El improductivo Código Penal, condenado por desidias políticas y legislativas a la perennidad de sus incapacidades ante el espanto de la criminalidad innovadora y curtida, viene a ser un desarme voluntario contra el principio de autoridad que ata a este país a una penalización absoluta, sin excepciones lógicas, de la interrupción del embarazo; una drasticidad de casi total ausencia en el resto del mundo.

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Normas que no tipifican transgresiones crecientes por una impunidad validada; que no defienden con eficacia propiedades y derechos del ciudadano común; que inhiben al Ministerio Público con interpretaciones antojadizas ante flagrantes delitos que los hacedores de leyes del antaño ni siquiera podían imaginar.

Un país sin pena de muerte formal aunque a diario es aplicada en una lucha que le permite a la Policía suprimir vidas sin rendir cuentas bajo una etiqueta engañosa de legitimidad que solo aprueban unas masas irracionales y confundidas y algunas vocerías de opinión que abogan por un “mano dura” sin medir consecuencias… siempre que golpee lejos de ellas. Que allá pegue y aquí no llegue.

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