La América Latina de nuestros días

La América Latina de nuestros días

Aunque todavía la América Latina está lejos de llegar a ser lo que tiene que en términos de solidez económica, proyección internacional e independencia política, no se puede desconocer que la Latinoamérica de hoy dista mucho de la que hace tan solo pocos años era una región bien rezagada.

En ello han influido varios aspectos que van desde la prevalencia de gobiernos de “izquierda” o “centro izquierda” con la aplicación de políticas sociales que han tenido efecto al interior de las sociedades latinoamericanas hasta la ejecución de políticas de ordenamiento económico interno y progreso, insuficiente todavía, en el proceso de integración regional.

Muchos se han sorprendido de que América Latina saliera airosamente bien de la crisis mundial. En el 2010 creció más del 6% en su PIB, prácticamente el doble de lo que crecieron los países desarrollados. Es la primera vez en la historia de que una crisis mundial no arrastra las economías de la región y las devasta. La región ha estado ahora mejor preparada: sus sistemas financieros y fiscales están mejor organizados y supervisados, sus monedas son más sólidas.

Sus relaciones económicas internacionales están más diversificadas, especialmente América del Sur ya no es dependiente de los Estados Unidos ni de Europa, está en una bonanza que todo indica que durará varios años más, de precios altos de sus materias primas y está captando los flujos de inversión que nunca antes había recibido. A ello se debe agregar el hecho cierto de que alberga el 5% de las reservas mundiales de petróleo, de que es una fuente enorme de minerales y que en ella se encuentra el 25% del suelo fértil del planeta y el 30% de su agua natural.

De acuerdo con el Banco Mundial, el buen desempeño latinoamericano se centra en cinco razones sustanciales:

– Mayor desarrollo de las relaciones comerciales Sur-Sur incluyendo el peso decisivo de China e India;

– La tecnología necesaria es ahora más asequible y a mejores precios;

– Tanto el sector público como el privado presentan un mejor balance financiero con una deuda más controlada gracias a la bonanza económica reciente;

– Las políticas sociales han permitido un desarrollo y expansión de la clase media, y

– Excelentes precios internacionales de sus commodities y materias primas.

En consecuencia, todos los pronósticos apuntan que a la región le esperan cinco años con un buen panorama.

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