El tráfico en la ciudad de Santo Domingo se acerca a la parálisis, donde la avenida Anacaona es solo una de las muchas vías que no fluyen, particularmente en horario escolar.
Como remedio se propuso una solución evidente: ampliar las vías. Urbanísticamente, esto resultaba en una cuestionable reducción de una de las pocas áreas verdes de la ciudad. Pero económicamente, el planteamiento es la descripción perfecta de la paradoja de Jevons.
La paradoja debe su nombre a un joven quien, en pleno apogeo del Imperio Británico, explicó que el agotamiento de las reservas de carbón, combustible que impulsó la revolución a vapor del siglo XIX, limitaría su auge económico. Esto sucedería aun y cuando se inventasen tecnologías más eficientes, que ni siquiera lograrían prolongar el moméntum alcanzado.
Este contrasentido resulta de que Jevons preveía que “era una confusión suponer que el uso económico del combustible sería equivalente a una disminución de su consumo. La verdad es todo lo contrario”.
Y tenía razón, pues el aumento de la eficiencia, o productividad, de un recurso equivale a una disminución de su precio. A menor precio, demanda aumentada. Un siglo después, Marshall cuantificó esto como un caso de elasticidad-precio mayor a uno. Es decir, por cada reducción de precio, el consumo aumenta más que proporcionalmente.
Este efecto se ha comprobado en el ámbito del enfriamiento y las comunicaciones, donde a menor consumo energético y menor tiempo requerido para comunicarse ha aumentado la tenencia de neveras y aires acondicionados y el tiempo comunicándonos.
Pero, notablemente, se verifica en el tránsito. Tanto en Beijing, Jakarta o Seattle, el tráfico se expande hasta acaparar toda capacidad vial. Marshall también contempló la elasticidad cruzada, que describe el uso de alternativas cuando un bien sube de precio. Así, ha habido que bloquear callejuelas residenciales para que no sirvan de sustituto a las vías principales, algo que también ha aumentado el flujo en la Anacaona como resultado del paso preferencial dado a algunos vehículos.
Como solución al tema, Singapur ha optado por limitar el número total de vehículos además de dosificar el uso por terminal de placas y cobrar para entrar al casco central. En Estados Unidos hay carriles preferenciales para carros con más de 3 ocupantes.
Aquí se visualiza que falta una red de transporte escolar que permita a estudiantes transitar con seguridad la poca distancia entre sus hogares y colegios, como se hace en todas partes, propiciando la responsabilización y autonomía sana de los niños. También mejorar el acceso a las terminales de Metro. ¿Fomentará esto el uso de vehículos? Jevons dice que sí, pero nuevos impuestos dirigidos a esta forma de consumo conspicuo pudieran servir de desincentivo.
Al final, una solución cabal requiere fomentar un cambio en las preferencias mediante la provisión de medios alternativos y, según Alemán, figuras inspiradoras. Alemán habla de la “necesidad de una nueva ética adecuada a las necesidades de nuestra sociedad” y cree que “tarde o temprano pariremos una nueva ética de presión. El problema es saber a qué inspiración obedecerá: ¿pura utilidad personal, o grupal? ¿Será respetuosa de derechos humanos, solidaria y orientada al bien común? Creo que en el surgimiento de una nueva ética de presión el papel del inspirador es más importante que el de cualquier combinación de reformas institucionales”.