La anti-sindéresis de Bush jr.

<p><span>La anti-sindéresis de Bush jr.</span></p>

UBI RIVAS
El presidente George Bush jr. concretizó la última referencia muy suya de su reiterada anti-sindéresis cuando externó en Hanoi, que fuera el bastión fundamental de la resistencia del tío Ho Chi Minh al intruso invasor yanqui la perla de que “se gana si no se abandona”.

Ese “Se gana si no se abandona” pudo haberlo expresado no solamente Bush jr. sino cualquier presidente norteamericano en cualquier punto del orbe menos en Vietnam, recordando que precisamente el 29-04-75, las tropas interventoras USA en Vietnam salieron corriendo ante la ofensiva indetenible del Vietcong, poniendo punto final al intrusionismo norteamericano en la península de Indochina.

Fue la ofensiva final para expulsar al intruso invasor organizada por el genio militar del general Vo Nguyen Giap, el Napoleón vietnamita, que también hizo lo propio el 07-05-54 cuando en la llanura de las Jarras, aniquiló, la fortaleza francesa de Dienbienphu con sus 117 batallones y su general Christian De Castries, poniendo fin a 194 años de dominio galo en Indochina.

Guerra del Pueblo, ejército del pueblo, un libro-tesis de apenas 215 páginas elaborado por Giap, fue el método aplicado tanto a los intrusos franceses como a los norteamericanos para echarlos de donde nunca dieron estar.

Pero los poderosos, resulta que no tienen muchos miramientos ni razonamientos cuando de ofender a los débiles se trata, en el caso de Bush jr. claro está, lo primero por cuanto, demostrado está, que la última capacidad denotan no poseerla.

Los estrategias de Bush jr. asaz cuestinados por sus reincidentes fiascos tanto en política interior como exterior, pusieron toda la carne en el asador entendiendo que el mayor porciento del componente demográfico vietnamita, como acontece en todos los países del mundo, resulta en un 75% menos de 25 años, y la huida vergonzosa de los “marines” dista ya 31 años.

En un país tercermundista como es Vietnam, el promedio de vida humana es apenas de entre 50-60 años, y los sobrevivientes del drama de la guerra de agresión de USA a ese país resulta un porciento ínfimo comparado con su juventud.

Es a ese segmento nuevo de la sociedad vietnamita que Bush jr. propaló su mensaje, una juventud imbuída en los fastos de la era de la informática, de Wikipedia, el reaggeton, las bebidas light, los jeans de marcas, los vehículos todoterreno y los modismos “bacanos” que traen como las partículas ferrosas a un imán, a la tennergadas planetarias.

Sobre todo a Vietnam, considerado por Washington como el segundo polo de desarrollo asiático sólo superado por su anterior protector, la entonces China de Mao y hoy reo de la globalización, la economía de mercado, la irresistible tentación de ser miembro de número de la OMC, todo al socaire de los vientos de fronda del inolvidable Den Xiao-ping con su mágica fórmula de: “Una China, dos sistemas”, una especie de Sésamo Ábrete al aperturismo hacia una era diametralmente opuesta a las privaciones y las listas de racionamiento inconclusas, como acontece en Cuba.

Eso expresado por Bush jr. en momentos en que la aventura imperialista tanto en Iraq, más de 60 muertos diarios y en Afganistán, 600 combates reportados sólo en octubre último, más la paliza electoral de noviembre 7 último en que los demócratas se alzaron con el dominio de los diputados (Representantes), apenas si deja en respiro a Bush jr. para encauzarlo en un impeachment, los dígitos de la economía norteamericana que reportan un PIB para este año de un 3.3% y para el año próximo una reducción al 2.5% sobre todo, en lo concerniente al sector inmobiliario (industria de la construcción), podrían salvarlo.

Ese es el gobernante que tienen los norteamericanos, que eligieron con una diferencia pírrica, con aroma de fraude y los colaterales perversos de la reelección, aún en un país con sólidas instituciones y tradición democrática, que no son los casos de meridianos próximos al imperialismo yanqui.

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