La armonía de lo rústico

La armonía de lo rústico

POR CLARA SILVESTRE
Aunque desde el exterior puede uno imaginarse lo que se encuentra al atravesar la entrada, esto por los elementos rústicos que consiguen reflejar un ambiente fresco y acogedor, necesariamente habría que entrar para encontrarse con un espacio en total armonía con lo rústico. Desde el recibidor, la sala, la terraza, el comedor, el patio que es el punto focal de la casa, los baños, las habitaciones y los pasillos; todos los espacios, sin importar su función, apuestan a lo rústico.

Así es la residencia de la decoradora de interiores Margarita Grau, quien es creadora de su propio espacio y propietaria de Paló, una tienda que ofrece una gran variedad de piezas y elementos rústicos.

Y es que precisamente, en su casa, ella quería lograr algo bien rústico, en donde se integrara el patio con la casa. De esta forma el patio es el centro y la casa lo rodea, mientras que la sala, la terraza y el comedor se comunican con el patio, y las habitaciones, en el segundo piso, también tienen unos balcones con vistas al mismo.

La construcción de la casa, bajo la dirección de un arquitecto, duró cuatro años, y luego los detallitos y toques los realizaron ella y su hijo, quien es el creador de muchas de las piezas rústicas que se encuentran en su casa y también en la tienda.

Al hablar sobre el estilo rústico, la diseñadora asegura que para poder diseñar ambientes rústicos, lo primero es tratar de buscar materiales naturales, por ejemplo: palos, maderas, sogas, hierros, y tratar de hacer cosas armoniosas con materiales naturales.

“Nosotros, que tenemos un país tropical donde gozamos de tener la mayoría de esos materiales tan bellos, podemos crear cosas muy originales, como son las lámparas y muebles con palos naturales, y no con una madera tan trabajada y pulida, sino sacando la belleza real de la madera, sin tener que pulirla mucho”, dijo.

Pero evidentemente, esto lo complementa con la soga, la forja, los palos, vidrio, hierro, y también las telas, que aportan suavidad,  así como las plantas que dan calidez y estilo tropical, como explicó.

Margarita Grau asegura que el clima tropical del que disfrutamos los dominicanos es el idóneo para crear este tipo de ambiente.

Para crear un ambiente rústico no necesariamente se debe disponer de un lugar cerca de la playa, en las afueras de la ciudad o una villa, sino que dentro del hogar también se puede conseguir, tan sólo hay que disponer de los materiales y un poco de creatividad.

“El estilo rústico da un ambiente más acogedor, porque te da la calidez de los materiales y una sensación de frescura y comodidad. Además, es muy raro que utilizando elementos naturales se tenga que repetir un diseño, se podrán hacer dos piezas parecidas, pero no iguales. Los elementos naturales ofrecen terminaciones exclusivas y diseños originales y exclusivos”, agregó.

UN  TRABAJO ENTRE DOS

Para Margarita Grau le es de gran satisfacción que su hijo comparta sus mismos intereses, pero también para Luis Eduardo Rosario Grau, su madre ha sido de extraordinaria ayuda. Ella trabaja diseño de interiores desde 1984, pero de seguro que las cosas resultaron más interesantes desde que se inclinara por la creatividad.

En la actualidad se dedica a la decoración de villas y hoteles, y junto a su hijo comparte el arte de crear y todo lo que implica concebir cosas diferentes con los muchos materiales rústicos que hay en el país y que para ambos resultan muy bonitos.

Luis Eduardo Rosario Grau tenía 14 años cuando un día en la playa tomó un palo y al llegar a su casa construyó una lámpara con él. En ese entonces, como recuerda su madre, no sabía electrificarla y tuvo que hacerlo un electricista, pero luego aprendió eso y más; hoy, con 20 años de edad, tiene un taller en el que crea una gran variedad de piezas y muebles rústicos, al tiempo que completa sus estudios de arquitectura.

“Lo único que no hago es lo mal hecho, y con lo que es un tronco, madera, hierro, soga, piedra, trato de usar la creatividad, y en cuanto al diseño me propongo que una pieza sea diferente a la otra para que cada una tenga su encanto. Sobre la marcha se van creando muchas cosas, a veces las piezas no son fruto de un diseño, sino que los materiales me sugieren una forma. Trato de crear cosas únicas que tengan su encanto”, expresó el joven empresario.

Asimismo, agregó: “Ya tengo seis años en esto, y tengo mis suplidores, pero además me gusta mucho el campo, donde se encuentran verdaderos regalos de la naturaleza. Cuando niño era el típico niño que jugaba con piezas de Lego, desarmaba los carritos y les sacaba el motor para hacer un abaniquito”.

Recuerda que a los 14 años comenzó a crear lámparas y piezas pequeñas y hoy cuenta con un taller con 15 personas que lo ayudan. El hecho de que su madre sea decoradora le ha servido de mucha ayuda, “además es una persona con mucho peso y criterio, segura de lo que quiere, al igual que mi papá, que es una persona muy creativa y funcional, que busca el lado bueno de las cosas”.

Para Luis Eduardo Rosario Grau la creatividad es dar una respuesta inusual a algo usual, primero pensando en la parte funcional y luego en qué hacer para complementarlo con lo estético.

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