La artroscopía, aportes de una técnica quirúrgica

La artroscopía, aportes de una técnica quirúrgica

Cuando Robert Jackson llegó al Hospital General de Toronto, en Canadá, procedente de Japón, llevaba una nueva técnica bajo el brazo. Era la artroscopia, que servía para realizar intervenciones en la rodilla sin apenas incisiones y ha sido vital en la recuperación rápida de los deportistas.

¿Por qué te vas a conformar con ver por el ojo de una cerradura cuando puedes tener la puerta abierta? Esta es la actitud que tomaron los colegas de Robert Jackson, cirujano y traumatólogo canadiense, cuando tras regresar de Tokio en 1965 quiso explicarles una nueva técnica para el tratamiento de la rodilla: la artroscopia.

“Los colegas no fueron muy receptivos y decían que si era difícil ver muchas patologías en las rodillas abiertas, más difícil sería verlo por un pequeño visor en el ojo”, ha explicado Robert Jackson, que ahora es jefe del Departamento de Cirugía Ortopédica del Centro Médico Baylor, en Dallas, Estados Unidos. La incomprensión de sus compañeros no le desanimó, ya que sabía que la técnica era útil, sobre todo en deportistas.

Jackson aprendió la artroscopia de Masaki Watanabe, un cirujano japonés que desde la década de los 50 practicaba la técnica con enfermos de rodilla del Hospital del Servicio de Correos, de Tokio. “Conocí a Watanabe en las olimpiadas de 1964. Yo era médico de la selección canadiense y me comentaron que un japonés operaba articulaciones sin apenas hacer incisiones. Lo conocí y conseguí un trabajo de investigador en la Universidad de Tokio; en mi tiempo libre de la tarde trabajaba con Watanabe”.

La relación entre ambos fue muy buena desde el principio: “Cuando llegaba a su despacho le llevaba algo para picar. El trato entre nosotros era el siguiente: él me enseñaba a realizar artroscopias si yo le ayudaba a mejorar su inglés”.

Jackson quedó sorprendido por la velocidad de recuperación de los pacientes intervenidos: “Todas las tardes veíamos conjuntamente a dos o a tres enfermos. Casi todos se recuperaban rápido, más deprisa que si se les realizaba una incisión amplia”.

Pese a la incomprensión inicial, muchas personas apreciaron los beneficios de la nueva técnica: “Se vió enseguida que cuanto menor fuera el daño durante la operación, mejor era la cura y más pequeño el riesgo de infecciones. La recuperación de los pacientes era más veloz; este factor es muy importante en los deportistas de élite”.

La artroscopia actual se parece poco a la que Jackson empezó a practicar. Las incisiones han pasado de ser de centímetros a sólo de milímetros; además, con las actuales cámaras muchas personas pueden ver la intervención, por lo que es fácil la docencia. “Antes sólo se podía operar la rodilla; en la actualidad, con los nuevos instrumentos, ya son comunes intervenciones en muñeca, tobillo y hombro”.

[b]Muy demandada[/b]

“En los últimos 100 años ha habido tres grandes cambios en la medicina ortopédica: los reemplazos articulares, la mejora en el tratamiento de las fracturas y la artroscopia”, opina Robert W. Jackson.

La técnica ha pasado de ser poco aceptada a reunir a cientos de especialistas en los congresos bianuales y a ser demandada por los deportistas. Los gerentes de los hospitales acogieron bien el método: “Al principio –ha comentado Jackson– cuando me dediqué a difundirla me dirigía a los directores de los hospitales porque sabía que ellos eran los que más apreciarían la disminución del periodo de hospitalización de los enfermos”.

[b]Técnica de futuro[/b]

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico en el que el interior de las articulaciones es visualizado con el uso de un instrumento del grosor de un bolígrafo llamado artroscopio. Este instrumento, formado básicamente por fibras ópticas y varias lentes, es conectado a una fuente de luz y a una videocámara de manera que puedan observarse las imágenes en un monitor.

Cuando se usan técnicas artroscópicas se lesionan menos los tejidos ya que el procedimiento quirúrgico se lleva a cabo utilizando mini instrumentos a través de pequeñas incisiones, y esto, aunado a un programa de rehabilitación que inicia inmediatamente después de la cirugía, hace que el paciente tenga menos dolor e inflamación y consecuentemente una recuperación más rápida.

Las principales indicaciones de la cirugía artroscópica son:

– Desgaste de las articulaciones.

– Artritis.

– Reparación de lesiones de los meniscos.

– Reparación de lesiones de los ligamentos o tendones.

– Extracción de cuerpos libres dentro de las articulaciones.

– Asistencia en la reparación de algunas fracturas de la rodilla.

– Luxaciones del hombro.

diariomedico.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas