La artrosis: sus causas y síntomas

La artrosis: sus causas y síntomas

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La artrosis es la degeneración de las articulaciones, que afecta, sobre todo a las que soportan peso o exceso de movimiento.

 La Sociedad Española de Reumatología la describe como “una enfermedad que lesiona el cartílago articular  y origina dolor, rigidez e incapacidad. Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, hombro, raíz pulgar, cadera y rodilla y la del cominezo del dedo gordo del pie”.

Fuera de estos lugares la artrosis es rara y, cuando aparece, conviene descartar otra enfermedad subyacente a ésta.

A qué se debe.   Una de las causas es el envejecimiento. Con la edad se degenera el cartílago y el cuerpo no es capaz de regenerarlo.

También puede deberse a un defecto en uno de los genes responsables del colágeno, lo que provoca predisposición. Lo que sería una causa genética.

La obesidad aumenta el riesgo especialmente de rodilla y caderas (porque deben soportar más peso). El sobrepeso aumente la presión sobre la articulación, llegando a romper el cartílago.

Otra de las causas es cuando tenemos una ocupación donde hacemos muchos movimientos repetitivos, que cargan más las articulaciones.

Además, debido a las lesiones locales, causadas por fracturas, golpes o caídas, el cartílago puede alterarse.

Sus síntomas.  Dolor mecánico. Empeora cuando se mueve la articulación y mejora con el reposo.

   La rigidez, especialmente por las mañanas; una sensación de entumecimiento al comenzar a mover las articulaciones, se mejora con el desarrollo de la actividad.

También los crujidos, los nódulos en la articulaciones de los dedos de las manos, así como  la deformidad al moverlas.

Póngale freno al dolor.  Hacer ejercicio específico, como caminar, montar bicicleta o nadar aumentan la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la resistencia.

Por cada kilo de peso que pierda, hará que la carga para la rodilla disminuya cuatro kilos.

La dieta debe ser variada y rica en selenio, antioxidante que puede ser encontrado en los rábanos, los cítricos, el ajo, la cebolla, el hígado de res y en los mariscos.

 También  el manganeso resulta beneficioso. En su forma natural puede ser encontrado en las frutas secas, semillas de girasol y sésamo o ajonjolí, yema de huevo, en todas las legumbres y en todas las verduras de hoja verde.

Las plantas también ayudan.  El harpagofito, o garra del diablo actúa sobre la rigidez; el romero es un antioxidante,  que resalta la degeneración del tejido. Y la ortiga  calma el dolor en forma de ungüento.

 Además, un estudio de un hospital de París, concluyó que la cura con agua termal reduce un 45% del consumo de antiinflamatorios y el 33%  de los analgésicos. 

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