La asociación de ex becarios Fulbright
Una entidad que quiere contribuir con el desarrollo del país

<STRONG>La asociación de ex becarios Fulbright</STRONG><BR>Una entidad que quiere contribuir con el desarrollo del país

POR LEONORA RAMÍREZ S.
En teoría una especialidad profesional, sobre todo si se hace en el extranjero, es un pasaje al éxito, a las oportunidades, pero en el país no siempre es así porque cuando se designan puestos en el sector privado o en el Estado, muchas veces se privilegian las coyunturas, las relaciones políticas o personales, en vez del conocimiento.

El planteamiento lo hace Roberto Obando Prestol, presidente de la junta directiva de la Asociación de Exbecarios Fulbright, quien entiende que para contribuir con el desarrollo social y económico del país, deberían aprovecharse más las destrezas que adquieren los profesionales que se especializan en otras naciones.

Al volver al punto de partida, al “amiguismo”, planteó que los becarios Fulbright no se rinden porque su entrenamiento incluye el empoderamiento, el liderazgo y la perseverancia.

“Las democracias industrializadas valoran mucho el saber, y aunque en nuestros países ese componente también se toma en cuenta, a veces es más importante quién es usted o a quién conoce.

“Si una persona se especializó en bioquímica quizás no consigue el empleo en una empresa farmacéutica porque no conoce al gerente de recursos humanos, pero el puesto se lo dan a alguien que tenía vínculos más fuertes, y eso se da en el sector privado y en el público”.

Con relación a los aportes e iniciativas que se quedan engavetados a causa de esa situación, dijo que algunas ideas no se implementan por la falta de un contexto que le abra las puertas al saber.

Obando Prestol hizo un postgrado en Ciencias Políticas en Duke University, y es director del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).

SIN EMBARGO HAN TENIDO INFLUENCIA

Grisel del Rosario, vocal de la asociación, tiene una especialidad en Psicología Educativa que realizó en la década de 1970, en The University of Maryland. En esa época las palabras doctorados y postgrados se empezaban a insertar al lenguaje profesional dominicano.

Desde ese contexto su cercanía con la evolución social y económica del país ha sido más directa. Por eso plantea que los profesionales con especialidades han incidido en las transformaciones que se han producido aquí en los últimos 30 años.

“Cuando yo llegué al país la palabras maestrías o doctorados no existían, y esos exbecarios han sido un factor determinante en el crecimiento de la educación superior dominicana, sin contar con las áreas industriales y tecnológicas”.

Marcos Barinas es arquitecto y trabaja de manera independiente. Al referirse a las posibilidades de inserción de los profesionales en el sector laboral planteó que, nadie retorna a República Dominicana con una bolsa mágica que pueda cambiar el sistema.

“Siempre va a ocurrir que el becario se encuentre con paredes que hay que evadir, integrar, para poder aplicar una serie de conocimientos que posiblemente no sean la norma, pero parte del entrenamiento que uno recibe es la capacidad de interactuar con el medio, con la resistencia a los cambios y con las burocracias”.

LO QUE PERSIGUE LA ASOCIACION DE EX  BECARIOS

La Asociación de Exbecarios Fulbright funciona desde la década de 1990 y agrupa a 280 profesionales que realizaron estudios en universidades de Estados Unidos.

La finalidad de esa entidad, que no persigue objetivos políticos, es cohesionar a sus miembros para el desarrollo de metas comunes, y en términos generales  la ejecución de iniciativas académicas que contribuyan con el desarrollo económico y social del país.

Margarita Heinsen, vicepresidenta de la junta directiva de la asociación, explicó que han hecho foros sobre diversos temas económicos, entre esos las ventajas y retos del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA).

“Pero también promovemos en las universidades las becas Fulbright, que en el país coordina el Centro Franklyn, para que otros jóvenes dominicanos tengan la oportunidad de postular a un programa de estudio que fortalecerá su preparación profesional.

“En esas charlas les explicamos cuáles son los requisitos que exigen, y que tienen que ver con el índice académico, el liderazgo, el compromiso de volver al país para aplicar los conocimientos adquiridos, y el dominio del inglés”, expresó Heinsen quien hizo una especialidad en Educación en el Boston College.

Francesca Hernández, quien hizo una maestría en educación en New York University, y en el Centro Franklyn maneja el programa de becas Fulbright, explicó que a los solicitantes se les hacen varias evaluaciones para determinar si la persona está comprometida con el país porque, al término de la beca, debe permanecer dos años en su lugar de origen.

Barinas, quien realizó un postgrado en The Catholic University, dijo que la asociación atraviesa por un proceso de consolidación, mediante el cual pretende firmar acuerdos de colaboración con entidades públicas y privadas que quieran aprovechar los conocimientos de sus miembros.

DE CÓMO CAMBIA SU VISION PROFESIONAL

Cada becario es un universo de experiencias en lo personal y profesional.

A Heinsen, por ejemplo, le cambió su visión del mundo el contacto con estudiantes de diversas regiones.

“Cuando se está acostumbrado a un sistema en el campo de la educación, como es el mío, y se tiene la posibilidad de capacitarse, de conocer otros esquemas educativos, te cambia la visión de tu profesión y sobre todo se adquieren ideas innovadoras”.

Para del Rosario, una de las experiencias más enriquecedoras es la oportunidad de manejar materiales didácticos que no llegan al país. “se disponen de muchos recursos, de investigaciones, y mejor aún, se tiene el contacto directo con el profesor que también vive en el recinto universitario”.

Hernández explicó que “enriquece mucho el hecho de que hayan personas de todas partes del mundo en un aula, tù puedes aprender del sistema educativo tailandés, europeo o de otras regiones”.

En el mismo contexto Barinas entiende que la beca da empoderamiento, “tú vas a Estados Unidos bajo la sombrilla del programa Fulbright y uno llega allá con el conocimiento de que es igual a las demás personas”.

“La capacidad que tenemos los dominicanos no es diferente a la de los demás estudiantes, hay un nivel de intercambio que empodera en términos de demostrar las capacidades cuando vamos a esas otras academias, y luego obtienes unas herramientas que te permiten competir en el mercado dominicano”.

Obando Prestol expresó que, estar en una escuela de política es algo que  marca la vida. “Porque en República Dominicana no hay una escuela de formación política, y yo creo que la posibilidad de discutir eso desde un punto de vista académico, e interactuar con senadores y diputados de ese país, es una oportunidad de lujo”,dijo

LAS EXPECTATIVAS DE CAMBIO EN EL PAIS

Estos ex becarios están conscientes de que en el país se necesitan muchas transformaciones, sobre todo en las áreas educativas, para que se pueda  alcanzar la palabra desarrollo.

 Por sus vínculos con ese sector  Heinsen y del Rosario plantearon que se deben introducir cambios en el nivel básico de la educación, así como en  la formación de los maestros.

“El maestro es la pieza clave de la educación dominicana,  por tanto se debe mejorar su entrenamiento, así como sus salarios”, dijo del Rosario.

  Obando Prestol manifestó que el fortalecimiento de los recursos humanos locales, es la punta de lanza de la competitividad.

 Cuando se plantea la competitividad del país, en el contexto de los acuerdos bilaterales, hay que establecer mecanismos para aumentar las capacidades de la mano de obra dominicana,  expresó.

El origen de las becas Fulbrigth

El Programa Fulbright, que es auspiciado por la oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de los Estados Unidos, se fundó en 1946 sobre la base de una legislación introducida por el ex-Senador J. William Fulbright.

Desde entonces han participado en el mismo alrededor de 250,000 becarios, 94,000   de  los Estados Unidos                  y 155,600 de otras naciones. Anualmente éste programa ofrece 4,500 becas.

Su principal fuente de financiamiento proviene del Congreso norteamericano, aunque gobiernos extranjeros y organizaciones privadas contribuyen económicamente por medio de acuerdos de costo compartido y apoyo indirecto, tales como suplementos salariales, exención del pago de matrícula y alojamiento.

Ese programa funciona en 140 países, incluyendo a 51 que tienen  fundaciones y comisiones Fulbright con carácter binacional.

Fulbright nació el 9 de abril de 1905 en Sumner, Missouri. En 1925  se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de Arkansas..

 Mediante una beca hizo una maestría en la Universidad de Oxford, y a su regreso a Estados Unidos estudió Derecho en la Universidad George Washington,  en Washington, D.C.

En 1942 fue electo para la Cámara de Representantes, y luego pasó al Senado en 1945.

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