Cultura. Casa de escritores y estudiantes

Su director, el periodista y poeta Rafael Peralta Romero, aclara que los servicios se mantendrán presenciales con “la idea de que la gente venga a su biblioteca”

La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña ha sido por generaciones el gran centro de estudios de un gran número de profesionales del país. Más algunas décadas atrás, cuando la Internet no era la fuente principal de consultas de los estudiantes.

Sin embargo, su misión, función y operatividad continúa intacta, ahora dirigida por el periodista, escritor, profesor universitario y poeta Rafael Peralta Romero, quien tiene el interés principal de adecuar la biblioteca con los tiempos actuales.

“Nuestro objetivo es que la biblioteca esté completamente en línea, aunque continuemos con todos los servicios presenciales”, dijo el director Peralta Romero a ¡Vivir!

Afirma que si bien es cierto que actualmente no existe mucho interés en los jóvenes por los libros físicos y que incluso algunos adultos hablan de que el libro está en extinción, “ellos estudiaron con libros físicos, yendo a la biblioteca”.
“Nuestra misión en la Biblioteca no es solo que los jóvenes vengan a hacer tareas, pero que sí vengan a disfrutar de un ambiente cultural cómodo”.

“En la Biblioteca Nacional tenemos más de un objetivo, la preservación de los libros, ya que todos los libros que se publican deben estar catalogados y clasificados aquí, de acuerdo con la Ley 65-00 de Derecho de Autor, así como brindar un servicio de consultas de calidad en un espacio confortable.

Sus áreas
Tiene diversas áreas: La Biblioteca Pública Metropolitana Salomé Ureña, que cuenta con espacios infantiles, en los que los niños pueden desde consultar libros elegidos por ellos mismos, ya que es abierta, hasta disfrutar de actividades culturales, tales como talleres de títeres, teatro y demás.

También para adultos y adolescentes. Aquí se ofrece un servicio que puede tanto ser obtenido por la propia persona como con la asistencia de algunos de los empleados. No obstante, el requisito de un bibliotecario no es obligatorio.

Está también la sala general Luis Florén Lozano, en el segundo nivel, con más de 50 espacios con Internet y computadoras. “En la hemeroteca contamos con periódicos y revistas desde el siglo 19”, dice Célida Álvarez.