La audiencia del Papa Francisco a Danilo

La audiencia del Papa Francisco a Danilo

Circula información sobre que el Papa recibiría en audiencia al Presidente Medina. Sería la primera vez que la cabeza mundial de la Iglesia Católica reciba un presidente dominicano democráticamente elegido, precedido del recibimiento del dictador Trujillo por Pío XII en 1954; por lo que la audiencia revestiría connotación histórica. Pero otras connotaciones dominan el escenario presente dado el nombre tomado por el pontífice – del santo de la paz, pobreza y amor a la naturaleza, Francisco de Asís – constituyendo un adelanto de lo que posteriormente vertiera en la exhortación apostólica EVANGELII GAUDIUM al primer año de su pontificado.

Estas razones deben llevar a los dominicanos a orientar todas sus energías para que la audiencia se produzca y de los frutos exigidos por los tiempos y condiciones predominantes -elevando plegarias, gestionando, documentando, etc.- puesto que puede constituir una excelente oportunidad para conversar sobre temas trascendentales relacionados con nuestra nación y el mundo; muchos de ellos tratados en la citada exhortación apostólica sobre el “Evangelio en el mundo actual”.

En ella el pontífice advierte que “hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad….. no habrá programas… ni recursos policiales… que puedan garantizar la tranquilidad” ciudadana (Cf.59); anotando además que los provocadores de la intranquilidad se tornan más “irritantes si… ven crecer ese cáncer social que es la corrupción…” (Cf.60).

Luego de apuntar que “la globalización ha significado… deterioro de las raíces culturales con la invasión de otras culturas… desarrolladas pero éticamente debilitadas” (Cf.62) el pontífice critica “los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias” calificándolos de “respuestas pasajeras” planteando como imprescindible renunciar a la “autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera” (Cf.202) destacando la “creación de fuentes de trabajo” como medio para “una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo” (Cf.204).

Como estamos sufriendo las arremetidas de la delincuencia acicateadas por la exclusión, inequidad y corrupción sin sancionar, como la globalización implementada desde 1996 excusándose en “poner en alto el nombre del país” nos ha deteriorado, como el Gobierno ha heredado programas asistencialistas convertibles en clientelistas, como estamos siendo víctimas de mercados y especulación financiera y como el desempleo constituye preocupación esencial de dominicanos, es conveniente tener presente el pensamiento pontifical sobre estos temas.

Y acudir preparados ante cualquier referencia sobre ellos cuando se produzca la audiencia.

De seguro el pontífice se sentirá estimulado por la presencia del Presidente Medina, quien ha dado notaciones de dolerle “la verdad, la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres”. Por ello acrecentará sus ruegos al creador para que crezca “el número de políticos capaces de… sanar las raíces profundas y no la apariencia de los problemas” (Cf.205).

 

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