La autoridad municipal no existe para este caos

La autoridad municipal no existe para este caos

Esta es una escena cotidiana en los alrededores del conocido Parque Enriquillo, un lugar emblemático de la comercial y populosa avenida Duarte. La gráfica fue tomada ayer en la esquina que forman las calles Ravelo y José Martí. Se trata de una de las varias “paradas” improvisadas que hay en el lugar. Carros, guaguas, motocicletas y camionetas se aparcan en el lugar a diario para tomar y dejar pasajeros. También, como muestra la foto, se improvisan talleres  de mecánica. Obviamente, se trata de una práctica permitida por las autoridades municipales.

Congestionamiento, contaminación ambiental y auditivo,  además de un gran desorden, provocan cientos de autobuses, minibuses y carros del transporte público en las calles limítrofes del Parque Enriquillo y otras calles del barrio  Villa Francisca.

Con el establecimiento de más de 50 rutas de transporte urbano e interurbano, en menos de cuatro cuadras, estacionamientos en las calles frente a establecimientos comerciales y viviendas, el foco de contaminación se siente con solo una mirada y con detenerse a escuchar el ruido de los motores.

Todas las terminales de autobuses y minibuses para destinos a localidades de la región Este del país, así como algunas de la región Sur están establecidas en la José Martí, en el tramo entre las avenida México y París, pero debido a la cantidad de vehículos, estos son estacionados en  calles aledañas.

La calle José Martí es la de mayor congestión, debido a que es la vía de mayor flujo, paralela a la avenida Duarte, principal arteria comercial de la zona, de donde fueron sacadas las paradas de vehículos hace más de tres años.

En la José Martí funcionan las terminales de los sindicatos que viajan a Baní, San Cristóbal,  Boca Chica, San pedro de Macorís  y otras poblaciones, pero como no caben en los galpones  que han levantado, las calles y  aceras se usan como estacionamientos.

Lo mismo ocurre en la calle Ravelo, al Sur del parque Enriquillo y que atraviesa la José Martí, donde está establecida la terminal de los autobuses de la provincia La Altagracia.

Además, en la calle Caracas, límite norte del parque Enriquillo,  empresas del transporte tienen sus terminales, pero resultan insuficientes para alojar  la gran cantidad de autobuses y minibuses.

En esta vía están las rutas  con destino a La Romana, El Seibo, Hato  Mayor y otras, pero lo mismo ocurre en la calle Barahona, con  paradas de vehículos que viajan a localidades de la región Este y barrios del Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo.

Las quejas del sector.  Moradores del sector  Villa Francisca denunciaron el estado de contaminación a que son sometidos,  debido a que los choferes dejan encendidos los motores de los autobuses, además del ruido constante de las máquinas.

Sunilda de Jesús, quien reside en la calle Barahona, se quejó de que los choferes paran sus guagua frente a su vivienda, ocasionando graves dificultades hasta para salir, debido a que en ese lugar prácticamente no hay aceras.

Precisó que cuando llaman la atención a los choferes para que despejen el área  responden con que “la calle es libre” y muchas veces con palabras malsonantes, porque se creen dueños de los espacios públicos.

Francia Peralta mostró su preocupación porque, además, las calles han sido tomadas por los choferes para lavar los minibuses, arrabalizando aun más el barrio, abandonado a su suerte históricamente.

En cambio, Rosa Paniagua, desde un pequeño negocio de venta de agua, señaló que no sale de una congestión nasal debido a que inhala bióxido de carbono de las guaguas que  dejan encendidas.

Las claves

1. Las rutas

Desde la José Martí las guaguas transportan pasajeros hacia Baní, San Cristóbal, San Pedro de Macorís, Boca Chica, El Seibo, Higüey, La Romana y Hato Mayor, pero decenas de rutas urbanas hacen sus paradas en esa vía, convirtiéndola en intransitable.

  2. El tiempo

El problema es histórico, pero se ha agravado en los últimos tres años luego de que el Ayuntamiento del Distrito Nacional sacó las paradas de la avenida Duarte, que ahora luce despejada y más segura, de acuerdo con comerciantes.

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