Hoy 
POR LLENNIS JIMÉNEZ
La avenida Gregorio Luperón, límite entre el Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste, está llena de hoyos, zanjas y perdió la mayor parte de su sistema de señalización. La memorable vía, que enlaza la entrada y salida de esta capital por el Norte, con la autopista Duarte, y por el Sur, con las avenidas 27 de Febrero e Independencia, carece de iluminación.
Las frecuentes inundaciones en varios tramos dificultan el tránsito vehicular y cada vez que llueve tiene ser desechado el trayecto entre las avenidas Gustavo Mejía Ricart y Guarocuya.
Esta avenida, que recuerda al general Gregorio Luperón, considerado como uno de los más valientes y puros dominicanos de la guerra Restauradora, se deteriora en un contra sentido con su nivel de crecimiento económico y la expansión de los centros comerciales, así como de las zonas francas.
Los malestares de la Luperón no sorprenden a los asiduos conductores, quienes entre lamentos y quejas critican el pésimo tratamiento que le dan las autoridades a esta avenida, utilizada diariamente por una incalculable población.
El lugar más deplorable se aprecia en el cuadrante que conforman las avenidas John F. Kennedy, Luperón y Las Palmas, del lado Sur. Este predio, que domina el síndico Francisco Peña, de Santo Domingo Oeste, continúa arrabalizado. Vendedores y transportistas improvisaron puestos de operación debajo de árboles, en áreas verdes que marchitaron y en espacios públicos nada higienizados.
El ayuntamiento Oeste inició la construcción de algunas casetas de cemento para ubicar los comerciantes que abrieron mesas para vender comida, expender ropa y otros productos, que al acercarse la temporada navideña, se amplía la oferta.
Cada quien, como quiso, usó un espacio de la Luperón, próximo al lado sur de la avenida Kennedy, para lavar vehículos, laminar cristales de carros, elaborar piezas en mármol, lanzar basura y hasta quemarlas.
La Luperón parece tener pocos dolientes, de hecho es una de las pocas avenidas que no figura dentro de los planes municipales, cuando es responsabilidad de dos cabildos.
Unas rutas de carro y de autobuses invadieron otra parte de la vía, debido a que las autoridades gubernamentales no se preocuparon en construirles terminales. Para los pasajeros la Luperón no tiene paradas. Usuarios de las rutas de autobuses dicen que varias personas han muerto en accidentes de tránsito por falta de semáforos y de pasos a desnivel en los puntos críticos.
Empobrece a Santo Domingo Oeste y a esta capital los problemas de la avenida Luperón.
NADA
El transportista Radhamés Sandoval opinó que la avenida Luperón no tiene de nada. Refiere que la vía no tiene los carriles señalizados, ni ojos de gato, como se les denomina popularmente a los reflectores que mantienen la visibilidad de la vía.
Mirelis Tavárez cruzó la Luperón cerca de la avenida Las Palmas con una pequeña Mireibi evitando ser atropellada por un vehículo.
Una estación de combustible fue construida cerca de la parada de la avenida Las Palmas, con lo que se cambió el triste panorama que daba la panadería. Antes, en el lugar había un comedor y una barra.
Sandoval calificó de insólito los problemas que tiene esta avenida, sobre todo, porque el robo de las tapas de los filtrantes es permanente.
