La bachata: transformaciones danzarias

La bachata: transformaciones danzarias

Recuerdo a mis 8, 9 y 10 años, viviendo en la calle Salomé Ureña de Puerto Plata, mis padres nos llevaban, a las hembras, a los bares de Imbert (Yuly y Yosy bar), Altamira y al Oasis y Garden City de Sosúa, a escuchar danzones, boleros y merengues tradicionales, mientras ellos bailaban, sin escaparse, temas como “Declaración de Amor” (Amorcito de mi alma), de Inocencio Cruz. Sin embargo a cinco o a seis cuadras de mi casa, la calle 30 de Marzo, “La 30”, cercana al puerto, era de prostíbulos donde se escuchaban guarachas, merengues ripiaos (Guandulito, entre otros), a Tommy Figueroa y a Odilio González. Al ser una zona “apache” estaba prohibido a niños y mujeres transitar por esas áreas. Visité esa calle como en el 2007 y me sentí liberada!
Al lado de mi casa vivía una joven que siempre cantaba “Mi pensamiento” del puertorriqueño Tommy Figueroa y hasta me la aprendí: “Mi pensamiento siempre anda contigo, mi pensamiento ha sido muy fiel, yo siempre vivo pensando en tu cariño y tú quien sabe si piensas en él….”
Fue en 1962 que se conoció ese bolero cuando José Manuel Calderón grabó ¿Qué será de mí? “Condena” con el Trío Los Juveniles, que se acompañaba con maracas y según se dice, fue Blas Durán quien sustituyera esas maracas por la güira. La música de tríos era romántica y de desamor, en sus letras. La instrumentación en la bachata es la que la hace diferente, con cuerdas, güira, bongó, predominando la cuerda de metal y el bajo eléctrico. En esa época fue una fusión isleña y se formó como nuevo género.
La bachata como género, pasó de suburbana a urbana, y dejó de ser música de amargue o de guardia, luego de que Luis Días, Sonia Silvestre, Víctor Víctor y nuestro artista Juan Luis Guerra le pusieran lírica a sus letras, las que fueron comercializadas nacional e internacionalmente. En el contenido de sus letras, la bachata es el Jibarito de Lares de Puerto Rico, es la ranchera de México, es el vallenato de Colombia, es el típico de Panamá, es la música llanera de Venezuela. En nuestro país la emisora que le dio empuje o rompió parámetros fue Radio Guarachita “La emisora del pueblo”, a partir del año 1964, donde también se escuchaban esos ritmos y los intérpretes de aquellos países, los cuales aportaron musicalmente, convirtiéndose esa emisora en la discoteca más grande en contenido musical folklórico y popular internacional y de mayor alcance de nuestro país, además de ser la más escuchada a nivel rural y suburbano.
En adición, Charlie Charles la populariza a través de Radio Tricolor, emisora propiedad de Hugo Hernández Llaverías. Este locutor se hacía llamar “El chacho de las chachas”, refiriéndose a las trabajadoras domésticas, que eran quienes escuchaban esa música.
Ya en los años sesenta eran escuchados los ecuatorianos Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo, con “Temeridad” y “De cigarro en cigarro”, respectivamente. Y Tommy Figueroa con “Sonámbulo”. Y qué decir de Ivette Pereyra con su “Complejo” de Babín Echavarría.
Un tema que fue la primera penetración que hizo escuchar la bachata en la capa más alta de la sociedad, fue “Dos Rosas”, interpretado por Bernardo Ortiz.
¿Quién la internacionaliza socialmente? Los hombres y mujeres que salieron del país a Europa y Estados Unidos buscando mejor vida, con su casete debajo del brazo, como una forma de añoranza, de nostalgia, buscando el enlace de recuerdo con su país, las que fueron comercializadas nacional e internacionalmente.
La bachata ha mostrado cambios en el aspecto danzario, antes se bailaba como el bolero rítmico, pero con movimientos en el torso. Lo que ha acontecido posteriormente es que la bachata se ha enriquecido con nuevos movimientos
En los años 60 y 70 tenía un matiz más romántico, las parejas bailaban con el cuerpo más pegado, sin “quemarse”, balanceando el cuerpo, incluyendo el torso, era un bolero-son. Ejemplos bailables: ¿Qué será de mí? “Condena” de Bienvenido Fabián e interpretada por José Manuel Calderón; “Pena” de Luis Segura y “Mi secreto”, Leonardo Paniagua
En 1975 Ismael Miranda graba “Cipriano Armenteros”, que es la historia de un bandolero panameño del 1806, con un estilo en su contenido de salsa narrativa, obteniendo Rubén Blades su primer éxito como compositor. A partir de ahí el estilo danzario de la bachata cambia en sus movimientos, subiendo la cintura en el cuarto tiempo. En la salsa Cipriano Armenteros las parejas bailaban para alante y para atrás, se soltaban de las manos se daban vueltas, luego se enlazaban, sin perder el ritmo en la cadera con sus levantamientos. Ejemplos bailables: “Cipriano Armenteros”, Ismael Miranda y “El buen pastor”, Raphy Leavitt y La Selecta.
Los tres primeros tiempos o pulsaciones (un, dos, tres) se marcan alternando los pies en el piso y el cuarto se marca levantando las caderas del pie que corresponde. La otra modalidad es haciendo énfasis con el pie en el piso para los que no les gusta subir la cadera, o que su estilo haciéndolo así no les favorece en el aspecto varonil.
A comienzo del siglo XXI la bachata ha dado otro giro en el baile. Ya es de carácter dinámico. Los “car wash” son el escenario de este baile polirrítmico. Los pies tienen más movimientos y esta bachata barrial la he catalogado como bachata de exhibición, donde el hombre hace figuras con los pies, que son propias del son. Cuando agarra a su pareja de ambas manos y se separan un poco, y el hombre le da vueltas estos pasos y movimientos son de la salsa. Y al marcar con sus pies: un, dos….un, dos, tres, es la calistenia rítmica del chachachá. Ejemplos bailables: “Que se mueran de envidia” de Joe Veras. “Máquina máquina” de Ramón Torres y “El cuchicheo” de Joe Veras.
El Distrito Nacional y los municipios de la provincia de Santo Domingo son la concentración de todos los pueblos del país, además de la zona rural, por lo que en estas comunidades se pueden observar los diferentes estilos y pasos de las fusiones arriba señaladas en este ritmo de folklore urbano.
Lo interesante de esta modalidad danzaria es que la mayoría de los ejecutantes no saben que tiene fusionados tres ritmos, porque están bailando de una forma espontánea y si le preguntamos de la integración de esos ritmos no saben qué decir, porque su vida es bailar y disfrutar los mismos y no les importa saberlo o no, pero a nosotros como investigadores, que estamos indagando los cambios que sufren estos bailes, sí nos interesa la observación y con sobradas razones si esta es participativa.

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