“La profundidad debe ser ocultada. ¿Dónde? En la superficie”.
Hugo Von Hofmannsthal
Hace un tiempo, tomé un curso de auto-maquillaje en el que la facilitadora dijo que los cosméticos no son para cubrir o disimular nuestros defectos, sino para enaltecer nuestra singular belleza. La invitación que nos hizo fue: “Digan “sí” al diseño del gran artista que nos creó, reconozcan que todo lo que colocó en nosotras es bueno”. Debo admitir que su abordaje me dejó sorprendida.
En esa ocasión, Nelly dijo que debíamos lograr que el espejo reflejara la presencia del amor que sentimos por nosotras mismas. El maquillaje era como “colocar el marco” a la valiosa “obra” de un gran artista. Hace unos días, la llamé para que me maquillara. Mientras trabajaba en mi faz, iniciamos una animada plática. Ella hizo la formación en Constelaciones Familiares conmigo, y compartimos la mirada sistémica.
La fabulosa actriz y comediante de los años 30 y 40 Rosalind Russel escribió: “Disfrutar de la vida es el mejor cosmético de una mujer”. Las divas del cine de los 40’s, 50’s y 60’s conocían el secreto: la belleza es el resultado de estar a gusto con la vida.Esta travesía inicia cuando empezamos a asentir a nuestro origen historia, familia, vida. Entonces, todo se llena de significado, encanto, verdad, y magia.
La atractiva actriz Sharon Stone dijo: “No creo que el maquillaje y el peinado apropiados sean suficientes para que una mujer esté hermosa. La mujer más radiante de la habitación es la que está llena de vida y experiencia”. A medida que ella hablaba, no pude evitar ver el modo en el que ambas habíamos avanzado.
De alguna manera, nuestras vidas habían entrado en contacto con el flujo de la prosperidad. Sentirse próspero es poder decir que la vida es bella, como dijo Guido Orefice interpretado por el actor y director Roberto Benigni en la película “La vita è bella”. El simpático personaje, muestra que la prosperidad es un estado de la mente que está más allá de lo que vivimos, y que la belleza está en los ojos de quien observa.
¿Quién puede pensar o mirar por ti? ¡Nadie! La fabulosa actriz y comediante de los años 30 y 40 Rosalind Russel escribió: “Disfrutar de la vida es el mejor cosmético de una mujer”. Las divas del cine de los 40’s, 50’s y 60’s conocían el secreto: la belleza es el resultado de estar a gusto con la vida. Cuando estamos enamorados, todo se llena de significado, encanto, verdad, y magia.
La banalidad sólo surge cuando miramos sin amor a algo o alguien. Esta palabra tiene su origen en la Francia del siglo XIII, y se utilizaba para diferenciar lo que era del señor feudal y lo que era común a todos. Señalaba la poca importancia de algo. Actualmente, describe lo que está “vacío”. Las terapias sistémicas me han enseñado que cuando alguien mira algo desde el amor el misterio se despliega y lo observado nos muestra su riqueza.
Sólo el amor es real. Todo lo demás es una ilusión. Amor y misterio son sinónimos. En la actualidad, la tecnología saca a la superficie casi todo lo que ocurre. El misterio no tiene muchos “seguidores”, porque preferimos contarlo todo, sacar a la luz los secretos, descubrir los enigmas y hacer de la intimidad algo público. El misterio atrae, seduce e intriga. Sin misterio, el amor se oculta.
La vida jamás nos revela lo que ocurrirá en el momento siguiente, ni declara los propósitos del Creador para nosotros. También la vida es generosa, y a quienes se entregan a su misterio (y se dejan sorprender con la magia presente en cada momento), ella lesmuestra las señales para que lleguen con bien a su destino.
Lejos de ser una reunión banal, mi cita de maquillaje se convirtió en un espacio de profundas reflexiones en torno a la belleza y la vida. El encuentro me dejó preñada de luz y consciencia, fue una experiencia de despertar. La apasionada poetisa estadounidense Emily Dickinson escribió: “El sol besó mi Crisálida, y me levanté y viví”. El sol representa la energía que nos empuja hacia el ser que auténticamente somos.
¿Cómo ponernos en contacto con la belleza de la vida?He encontrado esa respuesta en la dimensión espiritual. Este ámbito me permite comprender el carácter sagrado de todas las cosas, y aunque no siempre he logrado hacerme consciente de ello, cada vez reconozco más tempranamente que todo es perfecto tal y como es.
La escritora norteamericana Emily Dickinson expresó: “Vivir es tan sorprendente, que deja poco tiempo para hacer otras cosas”. Desde hace unos años, me he dedicado a vivir. Cada paso lo doy en el terreno del misterio. Para mí, avanzar en el terreno de la magia y del milagro es una tarea cotidiana. Siento mucha gratitud por lo que tengo, hago y soy.
¿Qué si tengo pruebas? ¡Claro que sí! Sólo ha cambiado la manera en que lo vivo. Suelo decir que tengo días extraordinarios, días buenos y días de crecimiento. Tal vez, a los que llamo “días de crecimiento” otras personas les llaman “difíciles”, “malos”, “duros”, o “complicados”. Son tiempos que prueban nuestra llenura interior, intentando arrojarnos en la banalidad de la existencia.
Cuando ocurre esto, sigo el consejo del poeta, novelista y ensayista mexicano Amado Nervo: “Siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor”. ¡Siempre me ha funcionado! ¿Te sirve a ti también?