Ana María Echeverría.
Londres. AFP. El sector bancario británico sufrió ayer más reveses, con el anuncio de catástroficas pérdidas de Lloyds Banking Group, y el rechazo del banquero que contribuyó a la ruina del histórico banco Royal Bank of Scotland (RBS) a dejar de cobrar una millonaria pensión vitalicia.
Los titulares de la prensa británica del martes fueron consagrados al tajante rechazo de Fred Goodwin, a quien muchos culpan por el descalabro del RBS, a dejar de cobrar «un sólo céntimo» de esa pensión vitalicia de 650.000 libras anuales (725.833 euros).
El gobierno, que aportó en octubre a RBS – uno de los bancos más castigados por la crisis crediticia – una inyección de 20.000 millones de libras (35.000 millones de dólares, 23.000 millones de euros), por lo que posee ahora casi el 70% del banco escocés, pidió el jueves a Goodwin que no cobrara esa millonaria pensión.
El escándalo es tanto más grande que la tajante negativa de Goodwin, que recibió esa pensión vitalicia a los 50 años, se produjo poco después de que el banco anunciara las mayores pérdidas jamás sufridas por una empresa británica: 24.000 millones de libras ( cerca de 34.000 millones de dólares, 27.000 millones de euros), que provocarán, se calcula, unos 20.000 despidos.