La Barranquita: ocho años como un refugio

La Barranquita: ocho años como un refugio

POR NURIS ESTéVEZ
SANTIAGO.-
La miseria que envuelve a las veintidós familias damnificadas que ocupan el Refugio de La Barranquita desde el año 1999 contrasta con el desarrollo experimentado por la zona  Sur del municipio, donde han sido instalados bancos, universidades, restaurantes y urbanizaciones habitacionales.

La mayoría de las veintidós  familias, algunas con más de cuatro años residiendo en el lugar, viven una situación tan difícil que, según narran, muchas veces no consiguen ni con qué alimentar a  las decenas de niños que corretean descalzos y desnudos en las aguas negras.

Algunas de las familias que residen en el refugio  son damnificadas del ciclón Georges, otras de un fuego en  Los Guandules y unas seis de los derrumbes que se produjeron a principios de este  año en las cercanías del puente de la Otra Banda; todas  conviven en condiciones infrahumanas y de total hacinamiento.

Más de  40 niños que residen allí, en su gran mayoría con edad escolar, no tienen un centro educativo cerca y sus padres dicen no tener recursos para pagar el transporte a una escuela.

Esperanzados en que este gobierno les entregue apartamentos en el complejo habitacional que se construye a pocos metros de La Barranquita, narran que además de la miseria, los afecta la falta de agua y que la gran cantidad de mosquitos que abunda en el área ha llevado al hospital a varias personas, en su mayoría niños, afectados por el dengue.

Otra situación es la falta de un baño. Explican que deben hacer sus necesidades en un antiguo sanitario, lo que pone en peligro a los niños y aumenta la posibilidad de contagiarse  con las bacterias.

Esmeralda Castillo, con uno de sus cinco niños en brazos, pide a las autoridades del gobierno acordarse de ellos, que solo son tomados en cuenta cuando se aproximan las elecciones, “pero ahora cuando andan dando ayudas no se acuerdan que nosotros no trabajamos y muchas veces nos acostamos sin comer”, explicó.

“El gobierno da muchas fundas, a nosotros nadie nos toma en cuenta y no encontramos dinero para pagar un pasaje para salir a buscar ayuda ni podemos dejar los niños solos”, agregó Isabella  Victoriana, también damnificada en el refugio de la Barranquita.

También denuncian que en el área hay una gran cantidad de perros con enfermedades en la piel y las mismas se le transmiten a los niños, y pese a que han solicitado ayuda a algunas instituciones estatales  nadie les ha hecho caso.

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