La Basílica de Higüey ha sido profanada en varias ocasiones

La Basílica de Higüey ha sido profanada en varias ocasiones

El altar mayor de la Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia ha sido profanado en tres ocasiones en la gestión del obispo actual, monseñor Nicanor Peña Rodríguez.

 La primera fue el 18 de febrero de 2008, cuando desconocidos desmontaron una estatua del Cristo Crucificado, la que   dejaron abandonada en la puerta principal del templo.

Un mes después, el 17 de marzo,  José Telemín Guerrero, de 22 años, residente en el sector Villa Progreso, de La Romana, intentó quemar el cuadro de la Virgen de La Altagracia.

En la madrugada del lunes, Jorgito de la Rosa Caraballo, de 24,  penetró violentamente al altar mayor y lanzó por el suelo accesorios propios de los cultos religiosos y destruyó parte del mobiliario. Se dice que el joven padece de problemas mentales.

Los autores de la profanación de febrero de 2008 se escondieron dentro de la Basílica luego de efectuada la última misa, ya que ninguna de las puertas presentaban signos de violencia, según informó en la ocasión el obispo Peña Rodríguez.

El crucifico desmontado, de unos dos pies de largo y elaborado con madera y yeso, estaba en la parte delantera del altar, el mismo lugar donde reposa el venerado cuadro de la Virgen de la Altagracia.

Telemín Guerrero, autor del acto blasfemo del mes de marzo del mismo 2008, penetró al recinto con  una botella de gasolina para supuestamente quemar el retablo.

Agentes de la Policía Nacional lo sacaron  del templo, pero en un descuido el joven ingresó de nuevo y lanzó al suelo objetos del altar mayor, entre los cuales figuraban banderas, flores, jarrones y velas.

En la más reciente profanación,  Jorgito de la Rosa Caraballo aprovechó la ausencia de los militares que custodian el templo y destruyó símbolos, la oficina del obispo, banderas, crucifijos, micrófonos y otros objetos que se utilizan en la liturgia. Fue sometido a la justicia  y enviado a prisión por tres meses como medida de coerción, al Centro de Rehabilitación y Corrección de Anamuya.

“Esto fue como  si hubiera pasado un terremoto de 12 grados”, manifestó el obispo Peña Rodríguez.

Otras profanaciones.  El 17 de julio de 1971, en uno de los gobiernos del doctor  Joaquín Balaguer, desconocidos  sustrajeron el cuadro venerado de  La Altagracia del santuario de San Dionisio, ubicado frente al parque central.

Fue recuperado cuatro días después en la parte posterior de una humilde vivienda del barrio Villa Pereyra, de La Romana, y trasladado a su nicho natural, que previamente fue fortalecido con fuertes medidas de seguridad.

Cuando Balaguer fue enterado del insólito hecho dispuso que los cuerpos investigativos de las Fuerzas Armadas, y particularmente el Jefe de la Policía de la época, el general Enrique Pérez y Pérez, prestaran la colaboración necesaria a las autoridades eclesiásticas para localizar  el retablo venerado.

A mediados del año 1968, un viernes en la tarde, un joven natural de Sabana Grande de Boyá, de apellido Azcona Santana, portando una botella de agua bendita, un cintillo en la frente y con un habano encendido, penetró violentamente hasta el altar de la Virgen, pero fue rápidamente controlado por grupos de feligreses y puesto a disposición de las autoridades, que determinaron que el adolescente estaba afectado por problemas mentales.

Mientras se oficiaba la misa dominical, a  principios de marzo del 1967, un conocido productor de la sección Santana intentó penetrar sobre su caballo al interior del Santuario de San Dionisio, lo que fue impedido por los presentes.

En 1927.  El 18 de febrero del año 1927, durante el Gobierno de Horacio Vásquez, el nombrado José Campusano, quien padecía de enajenación mental, entró a caballo al  interior de la iglesia, rompió el nicho, se apoderó del Santo Retablo y salió a la calle esgrimiendo un afilado cuchillo.

La imagen fue recuperada por el presbítero Bernardo Montás y el señor Liberato Areche. Este último resultó herido en ambas manos.

Las claves

1.  Otras profanaciones

 El 17 de julio de 1971, durante uno de los gobiernos de  Joaquín Balaguer, desconocidos  sustrajeron el cuadro venerado de  La Altagracia del santuario de San Dionisio, ubicado frente al parque central.

2.  En 2008

Los autores de la profanación de febrero de 2008 se escondieron dentro de la Basílica luego de efectuada la última misa, ya que ninguna de las puertas presentaba signos de violencia, según informó en la ocasión el obispo.

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