La Batalla del 30 de Marzo, según Juan Bosch

La Batalla del 30 de Marzo, según Juan Bosch

Diomedes Núñez Polanco

-y II-
Esta es la segunda parte de fragmentos del discurso que el profesor Juan Bosch, siendo presidente de la República, pronunció en Santiago, el 30 de marzo de 1963, en ocasión del 119 aniversario de la efemérides de esa fecha. Como se señaló en la primera entrega, entre otros tópicos, tocó el tema de la patria y el patriotismo, lo que desarrolló en otros discursos y ensayos:

(Pedro) Santana no tuvo fe en la República. Fue uno de los pocos hombres que luchó por las nacionalidad sin tener fe en ella. Es más, en los documentos de aquella época enviados por Santana al Gobierno Central, en la capital, no habla de dominicanos, sino de españoles;(…).

El general Santana ganó la batalla de Azua y, sin embargo, se retiró de Azua a Sabana Buey, porque no tenía fe en la República porque creía que la República no podría seguir viviendo a pesar del ataque de esos tres ejércitos haitianos, y desde Sabana Buey comenzó a enviar mensajes inmediatamente a la capital para que la Junta Gubernativa obtuviera el protectorado de una nación europea.

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La República se hubiera perdido en esa ocasión, (…) en los primeros días de su nacimiento, si no hubiera sido por Santiago. Sin embargo, como dije, en Azua, una Patria no es una simple suma de hombres, una Patria es un cuerpo con un mismo sentimiento, con un mismo pensamiento.

Santana salió de Azua y el general haitiano entró y la tomó y se quedó allí. (…) pero sucedió que las fuerzas, las que venían por el Norte, se encontraron aquí con gente que no acudió a ninguna parte a pedir protectorado, con gente que creyó en sí mismo, que creyó en la República (…).

La lección de la historia es una lección muy importante y debemos estudiarla todos los días. Aquí ha ocurrido que en los últimos tiempos analizar la historia y decir lo que la historia misma dice, resulta una ofensa para muchas gentes.

Pero hay que analizarla aunque n os acusen de lo que nos quieran acusar; resulta que porque alguna gente estudió antes que nosotros la historia, si nosotros la estudiamos y analizamos , entonces estamos siguiendo la ley del corazón y la ley del progreso, que nos manda analizar la historia dominicana para que veamos por qué ocurrieron las cosas en el pasado y qué tenemos que hacer para que no ocurran en el porvenir.

Cuando analicemos la historia de ese 27 de Febrero y este 30 de Marzo, vamos a encontrar lo siguiente: que ni Duarte, ni Sánchez, ni Mella, ni ninguno de los Trinitarios, ni el general Imbert, ninguno de ellos era un gran propietario, todos eran gentes de mediano vivir.

Esos fundaron La Trinitaria y esos tuvieron fe en la República, y esos lucharon por la República. Y el único latifundista que había entre ellos se llamó Pedro Santana, el traidor. Porque Pedro Santana, latifundista y traidor, no se sintió nunca dominicano, porque aquel hombre, que fue gran militar, no tuvo fe en la República, porque no pensaba en la República. Pensaba en sus tierras de El Seibo y de Hato Mayor, estaba viendo la República como la extensión de su hacienda particular.

El que esté pensando en las ventajas propias del país, ese no es dominicano. La dominicanidad no puede ser exclusivamente de respeto a la Bandera, al Himno y al Escudo. La dominicanidad debe ser algo más profundo, debe ser una actitud permanente, de mejoración de nuestro país. Y nuestro país no es solo la tierra, no son solo los ríos, nuestro país, es todo eso, pero además también es el pueblo que está encima de esas tierras.

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