La belleza y la cintura de Marisabel

La belleza y la cintura de Marisabel

Ya ni siquiera nos dan palos acechaos. Ahora todo es a la franca y lo permitimos con una paciencia de monjes tibetanos, que no monjes vietnamitas quienes contribuyeron a sacar el gobierno de Cochinchina en 1960, 70.
El gobierno abusa en la fijación del precio de los combustibles como si no quisiera que los automóviles circulen o con la confianza de que sabe que empresarios poderosos, sindicatos de choferes y empresas a cuya prosperidad contribuye con exoneraciones y dádivas, constituyen un colchón muy mullido y confortable contra las protestas que, naturalmente, debían manifestarse constantemente.
Como por arte de magia, nos engañan con la fijación de los precios de los combustibles, si el petróleo sube en casa del carajo ahí viene el aumento semanal de los carburantes, porque no se sabe de cuál fuente se nutre el precio al consumidor.
Este año el gobierno anda como burro por cáscara buscando dinero para pagar los frutos de su mala administración del erario, de su malgasto multimillonario en renglones ni reproductivos ni beneficiosos para el ciudadano, de sus préstamos para comprar votos o de sus sobregiros con el Presupuesto.
Como parte de esa ofensiva la administración tiene al frente de la fijación de los precios de los derivados del petróleo a Temístocles Montás, Ministro de Industria y Comercio, quien produjo un primer aumento violento y luego ha jugado con supuestas rebajas que mantienen el costo por encima del que encontró cuando asumió la cartera, en un abuso que fuerza el bolsillo de quienes no participamos en la fiesta de las exoneraciones, subsidios y corrupción.
El Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos sólo se sostiene con déficits y préstamos, con postergación de pagos de la deuda eterna y con más impuestos, como si se tratara de golpes sobre el lomo para que el burro camine.
La última estocada es el aumento del impuesto a las placas con una explicación inteligente e interesante “ajuste por inflación”, excusa sacada de la chistera del brujo, quien no hallaba con qué apantallar al público y recurrió a tan torpe explicación. Imagino que los “científicos” sociales que nos gastamos, habrán estudiado el fenómeno de la pasividad del pueblo que, aparentemente, se acostumbró a los abusos y acepta todas las decisiones del gobierno, que poco dispone o propone que beneficie a la mayoría.
25 mil millones de la Seguridad Social para carreteras no imprescindibles, aumentos constantes en los combustibles sin correspondencia con el precio del petróleo, Presupuesto desequilibrado, sobregiro en las cuentas del gobierno, alza en el precio de las placas, ¿Coooomo?
Hasta la belleza cansa, dicen otros versos convertidos en canción.
Recuerdo aquellos versos: Marisabel, Marisabel, le diste tanta sandunga a tu cintura, Marisabel, que ayer se rompió el resorte de tu cintura, Marisabel.

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