Berlín. EFE. La Berlinale arrancó ayer con la toma de la Bastilla, la madre de todas las revoluciones, en versión light, pero sexy, y con Diane Kruger en el papel de una María Antonieta perdida en Versalles mientras el pueblo reclama su cabeza. Les adieux à la reine, producción francoespañola dirigida por Benoît Jacquot abrió el desfile de las 18 aspirantes al Oso.