La Bienal va… viento en popa

La Bienal va… viento en popa

Los últimos meses del año –antes del largo receso de diciembre y enero- suelen ser una fiesta de exposiciones… tantas, tantas, que verlas todas se convierte en hazaña. Queda anhelar solamente que los coleccionistas se entusiasmen al compás de los artistas.

Sin embargo, en el 2018, la situación es un poco distinta y compite con esta abundancia de muestras. En todas las mentes dedicadas al arte, una preocupación se ha vuelto una prioridad y casi una obsesión: la Bienal….
Fechas fijadas. ¿Cuándo se celebrará la XXIX Bienal Nacional de Artes Visuales… y, finalmente, el mayor acontecimiento para los artistas plásticos y gráficos, también esperado por un público masivo, goloso de innovaciones artísticas, va a celebrarse, ¿verdad?
La respuesta es totalmente positiva. En una reunión formal que compartieron el Ministro de Cultura y el Comité Organizador de la Bienal, el compromiso –¡siempre lo hubo! – se volvió certeza total, y con fechas anunciadas.
La inauguración ha sido fijada: 6 de junio 2019. El plazo de entrega de las obras se ha extendido hasta el 28 de diciembre 2018.
Las exposiciones especiales – retrospectiva homenaje de Orlando Menicucci y aquella de José García Cordero-, ambas instaladas fuera de la Plaza de la Cultura, se presentarán previamente a manera de una introducción a la competencia magna.
Museo de Arte Moderno. Ahora bien, la inquietud mayor concierne a la sede de la Bienal, el Museo de Arte Moderno. Nuestra primera institución para las artes visuales, padeciendo serios problemas, sobre todo interiores aunque no tan graves como lo suponen, está en remodelación. Los equipos, las máquinas, los vehículos, los materiales, el caudal humano de especialistas, técnicos y trabajadores, se han apoderado del edificio. Es un despliegue de ruidos y de movimientos, de ir y venir, de salir y entrar…
La pregunta permanente acerca de la conclusión de esta impresionante restauración en marcha… al fin ha tenido respuesta.
El Museo de Arte Moderno, otra vez flamante, estará listo en abril de 2019. Las obras seleccionadas se montarán en mayo. Al mes siguiente abrirán las puertas de la XXIX Bienal de Artes Visuales. Cuenta el hecho de que el Ministro Eduardo Selman domina la arquitectura y la construcción al mayor nivel de especialidad y experiencia. ¡Una facultad bienvenida de observación acerca del proceso y de sus progresos!
Perspectivas alentadoras. Si se conservan las bases esenciales, respecto a las condiciones de participación y a las categorías admitidas, a las modalidades de entrega y de retiro, a la plena libertad de creación, cada edición de la Bienal hace modificaciones que, en principio, la mejora en relación con las anteriores. Puede suceder que no se logre: así se reconoce que la pasada Bienal fue una triste desventura, en cuánto a admisiones y a premiaciones… En comparación, la XXIX Bienal marca un neto propósito de avance y de respuesta a los reclamos de un sector importante de las artistas, sobre todo en la premiación. Ya no se premiarán las obras por sus definiciones y categorías respectivas – ¡una vieja tradición universal! – sino por sus cualidades y sus aportes, por su seriedad, su ética y su enriquecimiento del patrimonio artístico.
Como ya se había hecho antes, aunque luego repuntó la “costumbre añeja”, varios videos, pinturas, instalaciones, performances, fotos, etc… podrán recibir premios, y otras categorías quedar desiertas. Asímismo, se elevó sustancialmente el montó de cada premio, y en particular del Gran Premio, supremo y glorioso galardón.
No olvidamos que el mayor problema y fuente de desconfianza para Selección y Premiación, son los jurados, responsables de triunfos y/o de desgracias -¡según sucedió en el 2015!-. Ahora bien, parece que se ha puesto un inmenso cuidado para que no se repitan errores, y que los jueces, nacionales e internacionales, tendrán todos una alta calificación. En fin… y al fin, la XXIX Bienal Nacional de Artes Visuales va… viento en popa.

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