La Boda Real

La Boda Real

Bajo una mañana lluviosa, una extrema seguridad y un selecto grupo de invitados, se juraron amor eterno el Príncipe Felipe de Borbón y su prometida Letizia Ortiz.

Todo parecía un cuento de hadas, un Príncipe apuesto que esperaba al pie del altar a su princesa; el paseo de los caballos por una ciudad que se vistió de gala; el sonido de las campanas que anunciaban la buena nueva de un amor que triunfó ante todas las adversidades, y el desfile por una gran alfombra roja de reyes y príncipes.

El rito comenzó en la Catedral de Almudena de Madrid, con la homilía oficiada por el arzobispo Antonio María Rouco Varela, quien se refirió a las virtudes del amor conyugal.

Posteriormente, los contrayentes se intercambiaron las alianzas y las trece monedas de oro utilizadas como arras, signo de los bienes que van a compartir.

Letizia Lució un hermoso traje princesa, diseñado por Manuel Pertegaz, tejido en seda natural, tramada con hilos de plata fina.

Una diadema de estilo imperio de platino y brillantes, que la Reina Sofía usó el día de su boda, sujetaba un tul de seda natural de tres metros de largo y con bordado que mezclan la flor de liz.

Mientras que don Felipe llevaba el uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra, por ser el más antiguo de los ejércitos que integran las Fuerzas Armadas de España.

Actualmente, los Príncipes de Asturias pasan su luna de miel en varias ciudades españolas.

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