La bola está en su cancha

La bola está en su cancha

Realmente, como deportista, sufrí el errático juego del Real Madrid, cuando cumplió 100 años. Todo estaba montado para la celebración del triunfo de esa noche y de tan importante acontecimiento como es el centenario de la existencia de una organización deportiva.

Hospedados en las cercanías del lugar donde se celebraría la fiesta, saldríamos a los escasos doscientos o trescientos metros de aquel lugar donde afanosos trabajadores había organizado el ambiente para la celebración.

Todo debía iniciarse terminado el partido que se celebraba en el estadio del Real Madrid, creo que se llama Santiago Bernabéu.

Recordé aquel partido celebrado en Caracas, en 26 de agosto de 1963  en el cual, como siempre, la Saeta Rubia, Alfredo Di Stefano, brilló por la excelencia de su juego. Al amanecer del día siguiente fue secuestrado por un grupo guerrillero que lo retuvo dos o tres días.

Recuerdo aquella foto del goleador con su secuestrador en las portadas de todas las excelentes revistas de esa semana.

Mi Miriam y yo nos dispusimos a ver el juego para luego irnos a la parranda que se efectuaría a escasos metros del hotel donde nos hallábamos hospedados.

Eran los días de la Operación Triunfo que cautivó la audiencia de España y de muchos televidentes de América que seguimos aquella competencia de voz y actuación que descubrió al carismático cantante David Bisbal. Los discos de las diferentes presentaciones y competencias, eran arrebatados a los vendedores de las tiendas de la Gran Vía.

Aquella noche el clima estaba como para la fiesta. Al entorno del lugar donde se celebraría el encuentro se esperaba que reuniera varias decenas de miles de fiesteros.

Todo estaba listo para la fiesta. Sólo esperábamos que terminara el juego de balompié para formar parte de la multitud de celebrantes.

Los deportes son fundamentales para el aprendizaje de la democracia. Se aprende que se gana y se pierde, que todo depende de factores que deben ser dominados para lograr el triunfo.

El lugar del encuentro era cerca del afamado negocio de Perico Chicote, inmortalizado por Agustín Lara en su canción “Madrid”.  Agustín Lara miró el cielo madrileño y dijo: de noche, Madrid es como un abanico, que se abre y llena de estrellas a los soñadores”.

El Real Madrid perdió aquel partido de sus cien años aunque la bola casi siempre estuvo en su cancha.

En política, como en los  deportes hay que jugar limpio.

La gente del gobierno del PLD recurre al gastado expediente de atacar porque no tiene cómo defenderse de la acusación que le hizo Hipólito Mejía de corruptos.

Ahora, la bola está en su cancha; que demuestren que no son corruptos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas