La caducidad de los alimentos: seguridad alimentaria

La caducidad de los alimentos: seguridad alimentaria

Aunque siempre la encontramos con letras pequeñitas, y muchas veces la ponen en partes que no son las más visibles en los empaques, la fecha de caducidad de los alimentos es una garantía de la seguridad alimentaria.

Este dato ayuda a controlar las alteraciones que puede sufrir un alimento desde el momento en que se produce hasta que llega a manos del consumidor final, habiendo pasado por diversos procesos antes de llegar a la tienda o supermercado.

No sólo la temperatura, la luz o el contacto con elementos como el oxígeno o ciertos olores pueden afectar la vida útil de un alimento. En esto también intervienen todas las manos que lo han tocado en el proceso de transporte al lugar donde finalmente se expenderá y los cambios químicos que se producen en el propio producto por el paso del tiempo.

El deterioro de un producto va más allá que la alteración de su sabor, ya que podría causar daños en la salud si los consume en este estado. Así que al ir al supermercado, no tan sólo debería mirar en su lista de artículos por comprar, sino también dedicar el tiempo necesario a encontrar las fechas de expiración.

Muchos productos tienen, incluso, señalada la fecha en que fueron empacados, un dato muy importante cuando se trata de comprar productos perecederos como el pescado o la carne.

Para conservar mejor. Si  ha adquirido un producto cuya fecha de caducidad indica que está en condiciones para ser consumido, no significa que su supervisión terminó aquí.

De hecho, muchas amas de casa  guardan productos en su despensa o refrigerador que sólo usan ocasionalmente, sin acordarse de cuándo los compraron y mucho  menos de cuándo vencen.

Una revisión periódica es muy importante para desechar todo aquello que ya no está apto para comer.

El aumento o cambio de temperatura es uno de los factores más peligrosos para la conservación de los alimentos. Una temperatura no adecuada ayuda a la proliferación de  bacterias que descomponen rápidamente los alimentos.

Por esto es que se hacen recomendaciones como: no sacar a descongelar súbitamente una carne, sino bajarla al refrigerador para que descongele paulatinamente, o  no abrir la puerta del refrigerador si no es necesario, especialmente cuando no hay electricidad en el hogar.

Otro consejo importante es no colocar comidas calientes en el refrigerador. El aumento de la temperatura podría contribuir a que se descompongan otros alimentos.

Por qué es importante. Lo primero que puede provocar un alimento vencido es una infección gastrointestinal,  con náuseas, vómito, calambres abdominales y diarrea.

El portal Alimentación-Sana.com.ar explica: “La toxina botulínica, producida por una bacteria en las conservas mal esterilizadas, embutidos y en otros productos, es una de las sustancias más venenosas que se conocen (miles de veces más tóxica que el cianuro). Otras sustancias producidas por el crecimiento de ciertos mohos son potentes agentes cancerígenos”.

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