La caída de los mitos

La caída de los mitos

Está en marcha lo que The New York Times llama “la operación de rescate más grande de los tiempos modernos” que como destaca “puede redefinir el rol del gobierno en el mercado por años”.

Según sus lineamientos generales el Estado americano tomaría 700,000 millones de dólares de activos “tóxicos” de la banca, básicamente con fondos del contribuyente. Llega después del derrumbe de dos de los cinco bancos de inversión más importantes de EE.UU., Bear Stearn y Lehman Brothers; la venta de otro, Merryll Linch; el multimillonario rescate de las más grandes empresas  hipotecadoras, Fannie Mae y Freddie Mac; la compra por el Estado del 80% de las acciones de la mayor aseguradora, la American Internacional Group; las dificultades severas de los dos bancos de inversión líderes restantes, Goldman Sachs y Morgan Stanley, y la precaria situación de la mayor caja de ahorro y préstamo para la vivienda, Washington Mutual.

Muchas de estas organizaciones tenían en sus balances amplísimos activos, pero se perdió un elemento central del capital social de una sociedad, la confianza.

La necesidad de actuar urgentemente superó, como lo resaltó Ben Bernake, presidente de la Reserva Federal, toda consideración ideológica. En lo que va de este año 600,000 personas perdieron sus puestos de trabajo en EE.UU. Los impactos en las economías europeas y, ahora también, asiáticas se suceden.

América Latina debería sacar algunas lecciones de estos acontecimientos tumultuosos que están marcando la historia.

Parece hora de revisar “el disco duro” de recetas económicas infalibles que han predominado en la región en los 80 y 90, y han resultado para la vida diaria de la gente un aumento del número de pobres de 137 a 200 millones, del número de jóvenes marginados de todo (25%) y de los niveles de inequidad (hoy los peores de todos los continentes).

La crisis es desde ya de extrema complejidad, pero entre los subrayados más frecuentes, con implicancias para nuestra región, se hallan: 1. Hubo un vacío muy importante de regulaciones. The New York Times editorializa: “Esta crisis es el resultado de la voluntaria y sistemática falla del gobierno en regular y monitorear las actividades de banqueros, prestamistas, fondos de inversión, aseguradores y otros actores del mercado.

Jugaban apuestas de póker muy altas con el sistema financiero, sin la adecuada transparencia, y supervisión”. El Primer Ministro francés, François Fillon, en su llamado a Washington a actuar señaló: “No vamos a aceptar pagar por los platos rotos de la falta de regulación”.

2. Factores especulativos precipitaron la caída de algunas de las principales instituciones. El Contralor del Estado de New York, Thomas P. DiNapoli, dice sobre las operaciones de los “short sellers” (operadores que piden prestado acciones, las venden, presionando así a la baja los precios, las compran luego a precios deteriorados y las devuelven a quienes se las prestaron ganando la diferencia): “Estas ventas especulativas han puesto presión sobre nuestro mercado accionario y amenazan con empujar nuestra economía nacional más profundamente en la declinación”.

La Comisión de Valores (SEC) prohibió la operación de “short selling” sobre 800 acciones y está obligando a hacerlas transparentes. Su presidente, Christopher Cox, enfatizó que esas medidas eran necesarias “para asegurar que la manipulación encubierta, el ilegal naked short selling (en donde ni siquiera se transfieren realmente los valores) o las prácticas comerciales ilegítimas no conduzcan el comportamiento de los mercados y minen la confianza”.

En Gran Bretaña, en la misma dirección, la Autoridad de Servicios Financieros prohibió tomar nuevas posiciones de corto plazo en acciones o compañías financieras y obligó a transparentar esas posiciones si significan 0.25% de las acciones preferenciales de la compania.

3. Ha resurgido la discusión sobre los ingresos de los altos ejecutivos. El varias veces Premio Pulitzer Nicholas Kristof informa que tres décadas atrás, los ejecutivos ganaban en EE.UU. entre 30 y 40 veces lo que el trabajador ordinario.

El año pasado fue 344 veces. Señala que los contribuyentes están subsidiando con 20,000 millones de dólares anuales los sobrepagos, “suficiente dinero para bajar la tasa de mortalidad materna en el mundo en dos tercios y proveer sal iodizada para prevenir decenas de millones de niños de sufrir de retardo”.

Warren Buffet, el inversor más exitoso de Wall Street, afirma: “Para juzgar si la América corporativa es seria acerca de reformarse a sí misma, la remuneración de los CEOS es el test ácido”.

4. Muchos mitos sobre la posibilidad de prescindir del Estado se cayeron. La demanda por política pública ha sido muy fuerte y ha sobrepasado toda discusión ideológica. Uno de los Ministros Jefes de Francia, Jean-Pierre Juyet, escribió en Le Monde: “Los americanos han tenido el coraje de hacer una purga saludable nacionalizando cuando era necesario… Esto muestra los límites de la ideología del liberalismo financiero y la necesidad de intervenciones pragmáticas”.

En la región correspondería reexaminar la visión sobre puntos como estos: la necesidad de las regulaciones, las prácticas especulativas, las altas inequidades, el papel de la política pública y muchos otros subyacentes en la crisis. También salir de una vez de los economicismos estrechos y visualizar qué componentes básicos del capital social, como la confianza y la ética, tienen enorme peso sobre la economía.

El complejo mundo globalizado requiere más que nunca políticas públicas muy bien gerenciadas, transparentes y responsables, y responsabilidad social sistemática de la empresa privada.

Se debería tener en cuenta finalmente que los errores en todos estos campos no son meras cuestiones académicas, los pagan por último los consumidores, los pequeños accionistas, los pequeños y medianos empresarios, los agricultores, las clases medias, los trabajadores, con riesgos graves para sus esfuerzos de años.

El Autor es Asesor Principal de la  Dirección del PNUD/ONU para América Latina y el Caribe.

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