Desde que anunció su repostulación para las elecciones de 1974, hace 42 años, el presidente Joaquín Balaguer se trasladó a distintos lugares del país promoviendo su candidatura. A medida que se acercaba el 16 de mayo, día de la celebración del torneo, la contienda se fue polarizando entre el Partido Reformista y el Acuerdo de Santiago, una coalición de partidos y agrupaciones de tendencias diferentes.
La noche del 10 de mayo, una semana antes de las elecciones generales, Balaguer salvó milagrosamente la vida cuando el helicóptero en que regresaba desde Puerto Plata se estrelló e incendió, quedando destruido, en un cerro cercano a Villa Altagracia. Acompañaban al presidente-candidato el secretario de las Fuerzas Armadas, contralmirante Ramón Emilio Jiménez; el jefe de los Ayudantes Militares, general Eligio Bisonó Jackson, y el general Mélido Marte Pichardo. En el helicóptero escolta viajaban el mayor Luis Polanco (Polanquito) y el coronel Saturnino Ramírez.
Las naves partieron hacia la Capital minutos antes de las 8:00 de la noche, todavía con el sol afuera, situación climática que varió sustancialmente al llegar a Villa Altagracia, donde la lluvia era pertinaz y se registraban aisladas tormentas eléctricas. El piloto, un coronel de apellido Muñoz, decidió buscar un lugar adecuado para aterrizar, lo que no pudo lograr debido a la fortaleza de las lluvias, la sinuosidad de la zona y las altas palmeras que circundan el lugar. Aunque el aparato quedó totalmente destruido, Balaguer y su comitiva salieron ilesos.
El coronel Muñoz y su asistente de vuelo quedaron en el área del accidente, esperando la nave-escolta, que ocupaban Polanquito y Saturnino, según relata el general Bisonó Jackson en su libro “Mis Vivencias”, en el que describe hechos y acontecimientos significativos en su larga trayectoria militar. Afirma que tiempo después apareció el helicóptero-escolta y que Saturnino decidió bajar a auxiliar al Presidente y sus compañeros, mientras Polanco optó rápidamente por viajar a la Capital “a informar a las autoridades lo sucedido”.
Cuando Balaguer y su comitiva llegaron a Villa Altagracia convencieron al conductor y pasajeros de un vehículo público y le explicaron lo sucedido y la calidad de las personas que iban en la nave accidentada. El chofer accedió gentilmente a trasladarlos a todos al aeropuerto de Herrera. Cuando el gobernante y su equipo se dirigían a la Capital, Bisonó Jackson, a través de su teléfono móvil, llamó a Palacio y se comunicó con el coronel García Paredes, adscrito al despacho del Presidente, y le dio detalles del accidente, manifestándole: “Todo ha salido bien, ya vamos con destino a la Capital”. Recomendó al oficial informar que “no había sucedido nada grave”. El mensaje a García Paredes fue respondido por el mayor Polanco, que ya se encontraba en Palacio, quien textualmente dijo al jefe de los Ayudantes Militares : “Oh, qué bueno que salió todo bien, gracias a Dios. Aquí está el general Pérez y Pérez…”, a lo que Bisonó Jackson contestó – “Coronel, estamos envueltos en una desgracia y el helicóptero escolta que supuestamente estaba para auxiliarnos se marchó hacia la Capital y nos dejó aquí varados. ¿Qué hace el general Pérez en el Palacio Nacional, que no ha mandado a rescatarnos”.
Desde el aeropuerto de Herrera Balaguer se trasladó a su residencia en la avenida Máximo Gómez y de ahí, pasadas las 10:00 la noche, a través de los canales de Radio Televisión Dominicana, el mandatario se dirigió al país y ofreció detalles del accidente ocurrido en las montañas de Villa Altagracia. En su intervención, el presidente-candidato proclamó: “Salimos milagrosamente ilesos y hemos sobrevivido gracias al milagro de la Virgen de La Altagracia, lo que significa que la providencia considera que mis servicios son útiles a la ciudadanía”.
Al día siguiente el gobernante llamó a su despacho al mayor Polanco y minutos después se presentó el secretario de la Presidencia, general Neit Nivar Seijas, contra quien el oficial lanzó palabras impublicables, como respuesta a la pregunta de que explicara las razones por las cuales la nave que ocupaba se había alejado del lugar del accidente. El funcionario militar, sin gesto alguno, solicitó permiso a Balaguer para retirarse de su despacho y procedió a redactar una carta de renuncia al cargo, misiva que horas después le devolvió Bisonó Jackson por instrucciones del Presidente rechazando la dimisión.
En cuanto a Polanquito, Balaguer dijo textualmente a Bisonó Jackson: “arreste de inmediato al mayor Polanco y póngale una sanción disciplinaria. Retírelo del Cuerpo de Ayudantes y trasládelo, que no lo quiero ver más aquí”.
El mayor Luis Polanco, quien por años fuera peluquero del Presidente, fue enviado a la fortaleza del Ejército Nacional en San Juan de la Maguana, donde la mayor parte del tiempo lo empleaba en juegos de billar, según las vivencias expuestas por el exjefe de los Ayudantes Militares, general Eligio Bisonó Jackson.