FABIO R. HERRERA-MINIÑO
La entrada en vigencia del acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y los países de América Central, conocido como DR-CAFTA, coloca al país frente a una caja de Pandora abierta, que nadie sabe todavía qué cosas inciertas nos arrojará en la cara, cuando enfrentemos la realidad de un comercio cruel donde no hay amigos ni piedad, los más incapaces desaparecerán y el país podría verse sumergido en el mar de la desilusión y desvanecimiento de todos los sueños que se han forjado en torno a las bondades del acuerdo.

El editorial, del pasado sábado 3 de este diario, no tiene desperdicios cuando al titularlo “El Mercado Interno” plantea las realidades comerciales y prácticas agiotistas de nuestros empresarios que han manifestado de forma clara su conducta de explotar sin regulaciones gubernamentales a los consumidores. El editorialista plantea el caso de que todavía no bajan los precios de centenares de productos que se elevaron cuando la tasa de cambio se elevó en el 2004 al 60 por 1, y ahora con una prima estable desde hace meses al 33 por 1, no ha ocurrido el esperado descenso que todos prometen pero nunca materializan. Y eso explica de cómo ha aumentado la circulación de vehículos de lujo, el incremento de viajes al nuevo destino turístico de China, del auge de tiendas especializadas en mobiliarios de lujo, que son un sueño, y de cómo los pintores dominicanos se han valorizado debido a tantos recursos en manos de los que han disfrutado de ingresos, con el abuso a los consumidores que no se les respeta, y continúan vendiéndole caro como si todavía la prima estuviera como en el 2004.

Asimismo el gobierno, con buen tino, promueve el acuerdo de libre comercio como algo beneficioso y anuncia que su entrada en vigencia favorecerá la disminución de precios de unos 4 ó 6 mil artículos. Esa acción es una forma de mantener calmado a todos, pero la realidad que preocupa es cómo el gobierno logrará que los comerciantes, importadores, intermediarios y productores, procederán a reflejar las reducciones en los precios al consumidor, lo cual se espera que no ocurrirá, como ya ha visto ocurrido con el descenso de la tasa de cambio. Y la excusa será de que no han repuesto inventario y todavía tienen que vender a los niveles de precios caros.

El editorial del HOY del pasado sábado plantea: “Hay razones para pensar que, como en otras oportunidades, el gran comercio trataría de apropiarse de una buena parte del ahorro que pertenecería a los usuarios y consumidores si se transfiriese a ellos el desmonte arancelario”. Tal párrafo retrata crudamente la realidad que viviremos todos los dominicanos, cuando veamos que la bonanza que supuestamente nos llegaría con la vigencia del DR-CAFTA, para edificar un nuevo ambiente dominicano para llegar a una vida mejor, se quede en simple retórica.

No hay dudas que el acuerdo exigirá un cambio de mentalidad de todos los actores que se beneficiarán del mismo. Para los empresarios, será despojarse de la mentalidad del máximo beneficio en perjuicio de los consumidores con sus productos caros y de baja calidad. Y para los gobernantes no hacer trampas para mantener por debajo de la mesa aranceles y tasas prohibidas, o continuar con el grado a grado buscando nuevos desvíos semánticos y legales, que obvien las exigencias de la transparencia en cada actividad oficial, tal como lo exigen los términos del acuerdo.

Pese al júbilo que ha transmitido los funcionarios al anunciar la reducción de precios de miles de artículos, todavía pasará un período para ver tal alivio. Tal cosa quedará como una esperanza más, mientras perdure el alegato que no se ha repuesto inventario y los almacenes del país están abarrotados de mercancías compradas pagando altos aranceles, comisiones cambiarias, fletes, etc. No hay suerte para los consumidores, atrapados en las redes de una red comercial y empresarial que siempre busca cómo enriquecerse, ya sea engañando al fisco o aliándose al mismo, buscando los padrinos que lo protejan para fines de compartir beneficios con esos políticos que sólo van al poder a satisfacer sus ambiciones de los más variados matices.

El DR-CAFTA es ya un hecho. Le tocó a la actual administración la valentía de continuar la excelente labor que llevó a cabo el equipo del gobierno anterior, para su discusión y aprobación, donde llevó la voz cantante la  licenciada Sonia Guzmán de Hernández, quien le hizo un gran servicio a su país, junto al sacrificio que significó el tiempo dedicado al mismo con tantos técnicos y profesionales valiosos que trabajaron junto a ella para materializarlo. No hay dudas que la actual administración, a veces, se vio tentada a postergarlo, mientras sus arcas fiscales se nutrían de impuestos que debían ser desmontados, finalmente la razón prevaleció. Ahora el país deberá exhibir gran entereza y sabiduría para lidiar con su caja de Pandora.