Las elecciones están a la vuelta de la esquina. El Covid 19 ha provocado una nueva realidad que ha cambiado la forma de hacer la campaña electoral. Los candidatos presentan sus programas y oferta de gobierno en foros y encuentros digitales.
Como educador, al revisar los distintos programas de gobierno, no pude evitar prestar atención de primero a las propuestas educativas. ¿Qué hay en común en los diferentes programas de gobierno en torno al ámbito educativo? La Calidad de la Educación constituye la prioridad tanto para PRM como para el oficialista PLD, así como para la Fuerza del Pueblo y el alternativo Alianza País. El fondo de la propuestas, la calidad de la educación, es es mismo, aunque hay matices distintos.
En principio, en un país donde es tan difícil ponerse de acuerdo, el consenso de los distintos partidos y candidatos en priorizar en sus ofertas programáticas la calidad de la educación debería llenarnos de alegría. Sin embargo, no han tenido de otra. Hay compromisos y acuerdos impostergables como el el Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030, firmado el 1ro de abril de 2014 o la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. Además, de lineamientos internacionales para cualquier gobierno como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas cuyo cuarto ítem es la Calidad de la Educación.
El eje articulador de la calidad de la educación está complementado en todos los programas de gobierno por una serie de propuestas coincidentes como la dignificación y el mejoramiento de las condiciones de vida del profesorado, que además es un mandato constitucional, la reforma curricular, el Desarrollo profesional de los docentes, el impulso de las TIC, la enseñanza de lenguas extranjeras, en particular el inglés, el Desarrollo integral de las artes y los deportes, ampliar las estancias infantiles conforman, entre otras. Hay algunas propuestas que únicamente aparecen en uno o dos partidos. Por ejemplo, el caso de AlPais y el PLD que plantean la conversión de centros de secundarias en politécnicos; el PRM y el PLD buscarían establecer un programa para monitorear el desempeño de planteles escolares y estudiantes. Asimismo FP y AlPaís coinciden en la idea de evitar la deserción en el Sistema educativo. También, hay propuestas que son propias de cada Partido entre las que destacan las iniciativas del PRM de fortalecer la investigación y crear un observatorio independiente para el sector; la propuesta del PLD de las Escuelas 360 donde las escuelas serían espacios de integración social y cultural o finalmente la propuesta de Alianza País de impulsar la transformación del modelo de Desarrollo orientado al bienestar y prosperidad colectiva” para lograr la calidad en la educación dominicana.
Desafortunadamente, aunque tengamos en el papel la calidad de la educación como eje central en los programas de gobierno de los partidos y candidatos, no se puede evitar dudar y ser escépticos. En República Dominicana, los mejores programas caen en letra muerta. Y esto empeora cuando los que elaboran los programas de gobierno son los partidos, una de las instituciones de menor valoración en la Sociedad dominicana. !Qué los partidos tradicionales y sus candidatos presidenciales sean los responsables de ejecutar las políticas de Estado sobre la educación en caso alcanzar el gobierno vendría a ser como poner una vela al Diablo!
El tema de la calidad educativa ocupa un lugar prioritario en la República Dominicana y el mundo. La fragilidad institucional constituye la principal amenaza para alcanzar los objetivos en materia educativa. Alcanzar niveles satisfactorios en la calidad de la educación pasa por el fortalecimiento institucional del Estado y del Sistema educativo nacional. Hay que saludar que los partidos políticos dominicanos se muestran sensibilizados en sus programas de gobierno con relación a la necesidad de superar los bajos indicadores en materia educativa. Pero habría que recordar a Celeste Abréu Van Grieken cuando alerta sobre la relevancia de “erradicar la cultura partidista de la gestión educativa y superar los cambios de autoridades de los mandos medios en cada gobierno” como parte de alcanzar mejores índices de calidad de la educación.
Además, para mejorar los niveles de la calidad de la educación, sin importar quien gobierne después del 16 de Agosto, la ciudadanía debería asumir un papel protagónico de la misma forma como sucedió durante la la exigencia del 4% o Marcha Verde. La educación de calidad no es única responsabilidad del gobierno; la ciudadanía es co-responsable. Una ciudadanía empoderada es la garantía de concretizar cualquiera de los programas de gobierno presentados por los partidos y candidatos al electorado.
El fondo de las plataformas de gobierno de los partidos es la calidad de la educación. Eso ya es un avance y un logro significativo. El reto es que las iniciativas estipuladas en los programas como oferta electoral no se queden en letra muerta. El gobierno del Partido que gane las elecciones no tiene de otra de trabajar con ahínco de elevar los indicadores de la calidad de la educación dominicana; ya que este tema sobrepasa a cualquier gobierno e implica el compromiso de todos los sectores de la Sociedad. El fortalecimiento institucional y la participación proactiva de la ciudadanía son parte de la garantía de avanzar en materia de calidad de la educación.