Cuando se trata de dar un nuevo aire decorativo al hogar, las personas se enfocan mucho en detalles como el mobiliario y los elementos decorativos que lo complementan, olvidándose de que en las paredes tienen el espacio para crear diseños muy originales que pueden transformar la estancia, sin necesidad de hacer mayores inversiones en objetos decorativos.

Allí pueden aplicarse diversas técnicas y colores que sin duda llamarán la atención más que cualquier otro elemento en el área. Una de ellas es la decoración con piedras o ladrillos, tan característica de ambientes campestres, que  se ha colado con éxito en los espacios más modernos, donde aporta un toque rústico, cálido y que también puede ser muy refinado.

No importa si elige ladrillos muy pequeños o lajas, en la mayoría de los casos, cuando se saben colocar, la elección es acertada. Ahora bien, muchos decoradores recomiendan el revestimiento con ladrillos para muros exteriores, así que si ha de utilizarlo en el interior éste no debe ser el motivo para todas las paredes. Lo mejor es elegir un punto del área a destacar y revestir una pared, combinando con el color del resto de las paredes.

También se pueden elegir estos revestimientos para habitaciones u oficinas, pues están llenos de personalidad.

Colores.  Los ladrillos rojos son los primeros que vienen a la mente, pero también existen otras tonalidades de ocre que ayudan mucho cuando se quiere lograr un toque más elegante. Si busca una decoración más movida y original, puede optar por las combinaciones de piedras grises con colores oscuros como el azul, negro, verde o rojo.

Mano experta. Quizás revestir una pared con ladrillos no sea lo más difícil del mundo, y por eso muchos que se inclinan por el bricolaje dan recomendaciones para hacerlo uno mismo a través de sus sitios en Internet.

Sin embargo, lo más recomendable es que busque asesoría de un experto en decoración que le ayudará a escoger el tipo de piedra que conviene utilizar según el espacio.

Las claves

1. Cuidados

Para que los ladrillos y piedras luzcan impecables, es necesario lavarlos con frecuencia. La humedad, el polvo y las manchas de las manos que se posan sobre la pared pueden afearlos fácilmente. Debe pasar semanalmente un plumero o aspiradora, que si deja por mucho tiempo puede manchar los ladrillos. También se recomienda limpiar con paños humedecidos con agua y detergente.