La calle más corta de la ciudad extramuros

La calle más corta de la ciudad extramuros

Desde la época colonial, las calles que comenzaron a formar la ciudad de Santo Domingo eran construidas de piedras y caliche. Con algunos terremotos, como los del 1591 y del 1751, algunas viviendas cayeron sobre ellas, por lo que muchas de las más estrechas quedaron divididas, conllevando a que por ello se redujera su extensión.

Pero, también se construyeron nuevas viviendas, sin ningún conocimiento de fabricación urbana, igualmente, interrumpiendo su dimensión.

De la misma manera, cuando se formaron las plazas (hoy parques), frente a residencias o iglesias, lo que las separaba de éstos eran vías cortas.

Asímismo, cuando se crearon los barrios aledaños a los extramuros de la urbe, el problema se acentuó, al abrirse los que anteriormente eran caminos elevados, para construirse calles. Entre las cuales habían anchas, estrechas, largas, dividida, torcidas y algunas cerradas por peñascos en las partes altas de esos barrios, además se formaron las de pequeña dimensión.

El primero de ellos fue el de San Carlos, que anteriormente era una común fundada en el 1686 por emigrantes de las Islas Canarias. Bautizada con este nombre en honor al Rey Carlos II como homenaje a la ciudad española San Carlos de Tenerife, la cual quedó incorporada el 22 de junio de 1910, mediante el decreto número 4950 del Poder Ejecutivo como suburbio capitaleño.

En este, por igual, hubo sus callejuelas, entre las cuales está la llamada «Pasaje Número Uno», que fue unas de las primeras pero de más corta distancia, allende las murallas y de todas las que recorren el tramo de una cuadra.

Está situada a cuatro casas después que se inicia la calle 16 de Agosto, que es donde nace, desembocando en la calle 30 de Marzo. Mide once metros de largo y seis de ancho. Tiene dos casas a la derecha que abarcan ambas esquinas y tres a la izquierda.

En época anterior, antes de allí arreglar las vías, este era el trillo más corto para poder cruzar al otra camino alevado que existía, el cual quedaba paralelo. Es decir, que esas sendas estaban empalmadas por el lado más angosto.

Vecinos muy ancianos de esos contornos, refieren que esta primera intersección se hizo en ese lugar, buscando el más próximo acceso en el lado que fuera menos ancho para enlazar la actual calle 16 de Agosto con la 30 de Marzo. Esta última vía cuando se construyó se llamaba, Cuesta del Cibao, luego, la vía «Real» y en la Era de Trujillo, José Dolores Alfonseca. Ambas calles, a partir de la callejuela Imbert según suben van formando una i griega.

Lo que motivó a que a ese pedacito de calle le pusieran el nombre de Pasaje Número Uno, provino porque al ser todas las calles construidas con preduzcos y caliche, maltrataban los pies, por lo cual, aquellos transeúntes que no eran de esas inmediaciones, cuando venían bajando a pie por la 16 de Agosto, al no querer ir por la parte más ancha, para que sus patas sufrieran menos tropiezos, buscaban a quien preguntarle por el cruce de menos dimensión para atravesar el otro camino. y cualquiera le que le contestaba: «Está, al llegar allá abajo, antes de el comienzo de la calle, a la derecha. Allí encontrarás un pequeño trecho, que es el Primer Paso, ese es.»

Hasta que a principio del siglo veinte, reparadas las calles, esta pequeña vía se preparó ampliándose un poquito más y se le construyeron las aceras más estrechas de la ciudad de Santo Domingo, debido a que su dimensión es apenas de tres cuartas partes de un metro.

Entonces, el Ayuntamiento capitaleño le puso un nombre parecido al que la comunidad le nombraba, que es el de «Pasaje Número Uno». Siendo actualmente la calle más corta de extramuros.

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