La Cámara de Cuentas  variará imagen

La Cámara de Cuentas  variará imagen

POR LEONORA RAMÍREZ
Como una etapa superada considera el presidente de la Cámara de Cuentas, Andrés Terrero, la crisis de credibilidad por la que atravesó esa institución en mayo de este año, cuando se supo que sus  miembros se aumentaron el salario de RD$RD$261,088.28 a RD$601,904.

La opinión pública se convirtió en un pelotón de fusilamiento, porque se entendía que esa decisión significaba una afrenta en un país de sueldos deprimidos y pensiones miserables.

 Ante esos cuestionamientos la Cámara de Cuentas tiene el propósito de construir una nueva imagen, y lo hará mediante resultados, es decir, realizando auditorías con rigor profesional y principios éticos.

Para reforzar ese objetivo se difundirá una campaña institucional en los medios de comunicación, de forma que la gente valore desde otra perspectiva el trabajo de un organismo encargado de auditar las ejecuciones financieras de las entidades públicas.

La tarea es ardua cuando se trata de revertir una imagen que se deterioró con el paso del tiempo, y en tal sentido, el propio presidente admite que al asumir ese puesto la ciudadanía no creía en los informes que ésta emitía.

De hecho, el 95% de las investigaciones realizadas por sus antecesores del 2004 al 2006, se desestimaron por debilidad técnica.

“Las auditorías a  veces no salían a tiempo, la cantidad de profesionales que hacía el experticio no era el más adecuado en términos de cantidad, como todavía no lo es.

“Pero estamos tratando de cambiar eso porque hemos contratado un personal con más calidad que se selecciona mediante evaluación y concurso”.

SIN ATADURAS POLÍTICAS

A propósito del reclutamiento de personal, a Terrero no le preocupan las inclinaciones políticas de los empleados de la Cámara de Cuentas, siempre y cuando no empeñen su ética para favorecer a terceros.

Cuestionado sobre los niveles de independencia que puede tener una instancia cuyos miembros los selecciona el poder político, como su caso y el de los demás miembros, aseguró que éstos son independientes al margen del mecanismo de elección que se utilice.

Como para que no queden dudas, reiteró que la entidad no favorece a ningún poder del Estado, porque su trabajo es técnico y tiene un alto componente ético.

“Nosotros tenemos la potestad de auditar en cualquier momento sin tener que avisarle a nadie, para garantizar el uso correcto de los recursos del Estado”.

AHOGADOS POR LA FALTA DE RECURSOS

La palabra independencia le encanta al presidente de la Cámara de Cuentas, pero resulta que el Poder Ejecutivo ahoga económicamente a esa institución, porque solamente le entrega el 50% del 0.30% que le corresponde y que se le asigna a través del presupuesto de gastos públicos.

“En los últimos cinco años a esta entidad solamente se le ha entregado un 0.15% de los recursos que dispone la Ley, pero nosotros vamos a reunirnos con el presidente Leonel Fernández y con el director de Presupuesto para plantearles la necesidad de que se aporte lo que corresponde.

“Porque no podemos, con un tercio de centavos, cuidar un peso”.

Los fondos asignados al 2007 ascendieron a RD$380 millones que, de acuerdo con Terrero, no son suficientes para cubrir todos los gastos.

PREVENCION DE LA CORRUPCIÓN

Terrero cree que en toda su historia la Cámara de Cuentas ha hecho aportes para prevenir la corrupción en el Estado, lo mismo que la Contraloría General de la República.

Al analizar ese aspecto medular de la sociedad dominicana, planteó que la corrupción aumenta en la percepción de la gente.

Para explicar su argumento manifestó que en los últimos diez años en el país se han creado varias entidades para enfrentar ese flagelo, así como leyes y decretos, “pero como la gente lo que percibe es que en el gobierno siempre hay corrupción, no ve a nadie preso, entiende que ésta aumenta y no se penaliza”.

A su entender en esa situación hay una responsabilidad colectiva, porque la gente cree que los jueces son corruptos cuando no sancionan casos como el Plan Renove o la instalación de invernaderos, en los que estaban implicados funcionarios del gobierno de Hipólito Mejía.

“Yo creo que hay una combinación de cosas, y quizás sea interesante crear un modelo de capacitación entre los organismos de justicia y los de control, para que la información que llegue a esas instancias sea lo más fidedigna posible, y así no se caigan los casos por falta de pruebas”.

NADA AL DPCA

Terrero no quiso ofrecer detalles sobre las auditorías que realiza la institución en estos momentos, pero aseguró que cuando concluyan estarán disponibles en el sitio electrónico de la institución, para cumplir con la Ley de Acceso a la Información Pública.

De comprobarse actos de corrupción en alguno de esos informes, éstos serían enviados a la Dirección Nacional de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA).

La Cámara de Cuentas aplica algunas innovaciones, como es la auditoría medio ambiental que realiza sobre la playa de Güibia, en el Distrito Nacional,  y tiene como proyecto realizar experticios forenses que contemplen mayor rigurosidad en los procesos de  investigación.

Origen de la cámara de cuentas

El origen de la Cámara de Cuentas se encuentra en el texto de la primera Constitución dominicana, del 6 de noviembre de 1844. En su artículo 186 se establecía la creación de un Consejo Administrativo integrado por funcionarios públicos.

En la Constitución de Moca, de 1854, apareció por primera vez el nombre de Cámara de Cuentas.

El 22 de mayo de 1855 el Senado Consultor aprobó la Ley 388, mediante la cual se creó la referida entidad que se encarga de revisar el desempeño financiero de las entidades públicas.

La entidad está integrada por nueve miembros: Andrés Terrero, presidente,   Henry Mejía Oviedo, vicepresidente, Alcides Benjamín Decena Lugo,   José Gregorio,  Luis Yépez Suncar,  José Altagracia Maceo,  Freddy Bolívar Almonte,  Juan Adalberto Lora Ruiz,  y Julio De Beras de la Cruz.

Estos ocupan el puesto desde el 20 de diciembre del 2006, cuando los seleccionó el Senado al revisar una terna enviada por el Poder Ejecutivo.

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