La campaña de alfabetización

La campaña de alfabetización

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El 7 de enero del 2013, el gobierno del presidente Danilo Medina dio inicio a un Plan Nacional de Alfabetización denominado “Quisqueya Aprende Contigo” con el objetivo de que más de un millón de dominicanos (plural genérico) mayores de 15 años aprendieran a leer, a escribir, y a desarrollar las cuatro operaciones fundamentales del cálculo aritmético: sumar, restar, multiplicar y dividir. Entonces se estimaba que la tasa de analfabetismo en el país era de un 14% entre la población de personas de 15 o más años de edad. Se buscaba reducir dicho porcentaje de iletrados al 5% o menos. Para ello, se instalaron más de 5 mil unidades de alfabetización asistidas por un número igual de maestros o de facilitadores como hoy se les suele llamar. Quince analfabetos adultos concurrían a cada uno de esos sitios tres veces por semana a recibir dos horas de clases con un mínimo de doce encuentros al mes. Se esperaba que, en un plazo de cuatro a seis meses, las personas participantes en esas jornadas de alfabetización habrían de desarrollar las competencias básicas en lectoescritura y cálculo aritmético. Se afirmaba que dicha campaña de alfabetización iba a ser monitoreada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); y que, una vez comprobado el logro de su implementación, ese organismo internacional declararía a la República Dominicana como un país libre del analfabetismo tal y como en su oportunidad lo hiciera con Cuba, Nicaragua, Bolivia, y con otros países del área. En principio, algunas de las metas previstas parecían cumplirse: Más de medio millón de analfabetos adultos atendieron al llamado a clase y más de dos cientos mil dominicanos aprendieron a leer y a escribir. Pero, a los tres años de haberse iniciado la campaña de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo” , el alto porcentaje de personas adultas que no saben ni leer ni escribir en la República Dominicana todavía es motivo de preocupación, lo que indica que en materia de alfabetización de personas adultas, aún nos quedan muchos caminos por recorrer.
Con la finalidad de reducir de un 7 a un 5% la tasa de analfabetismo en el República Dominicana, el Plan Nacional de Alfabetización será relanzado de nuevo con algunas que otras modificaciones que todavía no se han dado a conocer. Tomemos como ejemplo de lo acontecido en Nicaragua durante el desarrollo de la Cruzada Nacional de Alfabetización que liberó del analfabetismo la patria de Rubén Darío y de Sandino. En la página 50 de su obra “Adiós Muchachos”, el laureado escritor nicaragüense Sergio Ramírez expresa lo siguiente: “Bajarse de la cama para dormir en el suelo se volvió una forma de identificarse con los demás y tomar sustancia en los demás, que la cruzada multiplicó; vivir como los campesinos fue una experiencia formidable para sesenta mil jóvenes y adolescentes, mucho de ellos niños, que partieron a enseñar a los lugares remotos, donde nunca habían soñado estar, a compartir el país ajeno, al que entraron en tumulto, el país extraño, el país rural, que la revolución buscaba redimir” Imagínese usted, amigo lector, el impacto positivo que produciría en la opinión pública del país el hecho de que apareciera en los medios de comunicación una fotografía de un alto funcionario de la nación enseñando a leer y a escribir a un grupo de personas adultas en uno de los patios de las humildes viviendas donde residen. Sólo bajados de la cama (en sentido figurado) alcanzaremos la meta más deseada, la que no exista en la República Dominicana persona alguna de 15 o más años de edad que no sepa ni leer ni escribir.

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