La campana de los médicos

La campana de los médicos

Los médicos han puesto en claro que su lucha no es solamente por reivindicaciones económicas, sino fundamentalmente para un sector salud que, según afirman, dista mucho de tener el buen desempeño que le atribuye el Gobierno. Afirman que, contrario a eso, los pobres pasan grandes penurias al asistir a los hospitales en busca de asistencia médica, que es pobre la cobertura del SeNaSa subsidiado, y que pierden mucho tiempo para lograr una cirugía o cualquier procedimiento clínico.
Waldo Ariel Suero, presidente del Colegio Médico Dominicano, y Rafael Rodríguez Sandoval, segundo vicepresidente de la Agrupación Médica del IDSS, descalifican las bondades que el oficialismo atribuye al sector salud y dicen que el SeNaSa no es nada diferente que el llamado seguro social de antes ni sirve para ser atendido en clínicas privadas, y que en el país siguen siendo muy altos los índices de mortalidad materna, infantil y por males como el dengue y la chikungunya.
El Gobierno, al acometer al mismo tiempo la remodelación de 56 hospitales, ha reducido su capacidad operativa, aparte de que faltan equipos y utensilios. Esas y muchas otras son las causas en que fundamentan los médicos su demanda de que el Estado invierta en salud un 5% del PIB. Quienes así hablan son gente que conoce a fondo las interioridades de los hospitales.

Competitividad ante un reto

En el tramo del DR-Cafta que abarca desde enero de este año en adelante tendrán lugar desgravaciones arancelarias para productos originarios de los países de este acuerdo. Eso significa poner ante un desafío la capacidad para que los productores locales puedan competir con extranjeros en renglones similares. Por ejemplo, para los productores avícolas dominicanos es una tarea difícil enfrentar en el mercado local las importaciones de pollo y sus partes, trimming para embutidos y otros productos altamente subsidiados en los países de origen.
La situación exige la adopción de políticas oficiales que mejoren la competitividad, al margen de la creatividad de los productores locales para este desafío. Ahora es el momento de saber qué tan buenos o malos negociadores fuimos en ese aspecto del DR-Cafta.

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